Volvemos poco a poco a la normalidad después de las vacaciones y hoy os traemos la reseña de Adiós Chunky Rice, una obra de Craig Thompson que se puso a la venta originalmente en 1999, cuando su autor contaba con 24 años, pero que en España desembarcó mucho después, allá por 2015, de la mano de Astiberri. En un mercado saturado de la actualidad de editoriales como Marvel o Dc siempre es necesario la llegada de este tipo de títulos a nuestro país y, sobre todo, si estamos hablando del trabajo de un autor como Thompson, una de las figuras más destacadas del noveno arte desde la realización de Blankets.

Argumento

Adiós, Chunky Rice mantiene muchos de los rasgos que hace tan especial al artista estadounidense, elementos que están presentes en la mayoría de sus obras, siempre marcados por la sinceridad con la que se dirige al lector, el cariño que pone en cada una de sus historias y la honestidad que transmiten, conmoviendo con una facilidad pocas veces vista. Thompson construye, de esta manera, una fabula universal dirigida a todos los públicos que gira en torno a la amistad y el dolor por separarnos de aquellas personas que amamos.

Chunky, una pequeña tortuga, debe separarse de Dandel, una ratita con la que ha creado un vínculo muy especial a lo largo de los años. Ahora, Chunky ha decidido dejar la ciudad y viajar a las islas Pontinas, y, a pesar de no tener un motivo de peso que le obligue a marcharse, a su vez siente una fuerza interior que le empuja a hacerlo.

Sobre la obra

Dicho tebeo no deja de tener una fuerte carga autobiográfica, sirviendo como medio para representar el momento de su vida que estaba experimentando su autor cuando lo llevó a cabo. Thompson se había mudado recientemente a Portland a finales de los noventas y había dejado atrás su antigua ciudad donde había hecho grandes amigos, por lo que Adiós, Chunky Rice se convirtió en una preciosa despedida.

No podemos dejar de mencionar el gran plantel de secundarios con los que cuenta esta historia, un grupo variopinto de personajes que no dejará indiferente al lector. Thompson estudia a través de ellos las relaciones personales, los vínculos sentimentales y la soledad causada por la pérdida de nuestros seres queridos. En este sentido, la obra que nos ocupa adquiere unos niveles de profundidad que, posiblemente, si echamos solo un vistazo a sus páginas no captaríamos. El artista de Michigan consigue, de esta forma, crear un relato universal que no entiende de fronteras.

Apartado gráfico

A su vez, no deja de sorprender lo pulido que se muestra el trabajo de Thompson a nivel artístico y narrativo, alternando la representación de animales antropomórficos y humanos al más puro estilo cartoon. Su manejo en la composición de viñetas y páginas deja patente el dominio sobre el medio que ya tenía el autor desde su debut, recursos que ha sabido aprovechar y exprimir más adelante. En su trazo se puede ver la influencia de figuras del noveno arte como Walt Kelly, pero siempre manteniendo un estilo de dibujo que, aunque en Adiós, Chunky Rice es más caricaturesco, consigue transmitir y llegar al lector muy fácilmente.

Conclusiones

En definitiva, un cómic altamente recomendable con el que conocer a Craig Thompson, un artista accesible por su escasa bibliografía y, también, por los temas tan humanos tratados en todas sus historias. La obra que aquí nos ocupa suponía la entrada del autor en el mundillo, en la que ya mostraba una sinceridad ante los aficionados que se ha repetido en sus tebeos posteriores.