Para los amantes del western en el mundo de la historieta la edición de Norma Editorial de la saga Blueberry en integrales es una gran oportunidad para coleccionar la obra cumbre del género, o al menos su mejor etapa, la guionizada por Jean-Michel Charlier y dibujada (y a veces también escrita) por Jean Giraud, también conocido como Moebius.
El integral que voy a reseñar es el número 6 y contiene cuatro álbumes europeos, uno más que los integrales anteriores, complementado por unos interesantísimos artículos donde conoceremos multitud de detalles sobre la gestación de estos álbumes que nos harán apreciar todavía más, si cabe, esta irrepetible obra maestra.
Fuera de la ley y Angel Face.
Los dos primeros álbumes Fuera de la ley y Angel Face forman un díptico en el que nos encontramos con Blueberry encerrado en un penal militar acusado de haber robado el tesoro del ejército confederado (hechos acontecidos en los álbumes que forman el integral 5 de Norma Editorial), en una situación límite de la que tiene difícil escapatoria.
Blueberry ha tocado fondo y lo denota su aspecto físico mugriento y su gesto siempre serio, pocas oportunidades tiene de utilizar su característica ironía. Sus errores le han llevado a esa situación y le falta muy poco para darse por derrotado.
Pero la oportunidad de salir del atolladero se cruza en su camino cuando deciden conducirlo con una escolta hasta El Paso con la intención de recuperar para los Estados Unidos el oro confederado desaparecido.
A partir de este momento nuestro héroe se verá inmiscuido en varias situaciones de las que podrá sacar provecho, hasta darse cuenta de que en realidad está siendo un juguete en manos de terceras personas que quieren utilizarlo para ser el cabeza de turco de un complot del que Blueberry no tiene ni la más remota idea.
Jean Michel Charlier.
En esta saga Charlier maltrata a Blueberry como nunca lo había hecho antes, poniéndole obstáculos en su camino con una rapidez tal ,que no tendrá tiempo de pensar en lo que está haciendo, por lo que no podrá trazar un plan a largo plazo como en sus anteriores aventuras, sino que tendrá que improvisar sobre la marcha para simplemente poder sobrevivir una hora más.
Con estos guiones Charlier demuestra ser un maestro en escribir historias de aventuras y consigue algo tan complicado para un escritor como es contar una historia que roza lo hiperbólico sin traspasar la frontera de la verosimilitud interna del mundo ficticio en el que sucede el relato, o dicho de otra forma, sin romper las reglas del juego que él mismo ha creado.
En el apartado artístico Giraud utiliza menos la espectacularidad de los inmensos paisajes del “Ciclo del oro de los Confederados” para introducir un mayor número de planos medios y primeros planos, introduciendo detalles experimentales y arriesgados, dejando atrás definitivamente el clasicismo de su trabajo en los primeros álbumes de la saga, y dejando entrever la sombra de su álter ego Moebius.
Nariz rota y La larga marcha.
Charlier y Giraud tardaron más de tres años en terminar su siguiente álbum, Nariz Rota, lo que aprovecharon para introducir en la narración una elipsis de entre uno o dos años (no queda muy claro).
Nariz rota y el cuarto álbum, titulado La larga marcha, forman parte del llamado “Ciclo de los indios”, una saga en la que Blueberry se encuentra huido de la justicia viviendo con la tribu apache, que es el único lugar donde puede vivir, donde puede integrarse socialmente (incluso utiliza un nombre apache, Tsi-Na-Pah), y vivir en relativa tranquilidad. Es aquí donde Blueberry vuelve a encontrar su lugar y sentirse importante y necesario formando parte de un grupo de personas.
Como siempre las cosas se irán complicando para nuestro héroe, y una serie de problemas desembocarán en un nuevo peligro de muerte para Blueberry, por lo que sus viejos conocidos, el borrachín Jim McClure, Red Neck y Chihuahua Pearl, acudirán en su ayuda.
En este ciclo los guiones de Charlier no son tan frenéticos como en el anterior pero ganan en complejidad, tejiendo una historia a fuego lento, abriendo diferentes frentes que convergerán finalmente en un tercer acto al que tendremos que esperar, ya que formará parte del integral número 7 que Norma Editorial sacará al mercado el próximo 22 de febrero.
El dibujo de Giraud es una auténtica maravilla, el mismo dibujante confiesa en una entrevista comentada en uno de los artículos del tomo, que Nariz rota es uno de sus álbumes más satisfactorios. Y no es para menos, ya que su grado de precisión gráfica llega a tal nivel y su entintado es tan exigente que, en esa misma entrevista, Giraud comenta que si hubiera seguido por ese camino habría necesitado grabar en placas de cobre.
Conclusiones.
En los álbumes que forman este integral, como también en los álbumes que forman parte del anterior, Charlier y Giraud llegaron a tal nivel que difícilmente un guionista y un dibujante volverán a estar a un nivel tan alto en una misma obra.
Este es el punto álgido de una de las obras maestras de todos los tiempos, independientemente del género o del medio. Porque Blueberry no es una obra maestra del western, o una obra maestra del cómic, es una obra maestra. Así. Sin más.
David Naranjo Murillo