Hoy vamos a hablar de Brit, de Robert Kirkman, publicado en España por Aleta Ediciones.
BRIT . UN JOVEN VETERANO
Que Robert Kirkman es uno de los guionistas más en forma de este siglo no es descubrir ningún secreto, ya que series como Invencible o The Walking Dead hablan por si mismas. Pero, ¿es oro todo lo que reluce? En la web El Mundo del Cómic nos hemos propuesto revisar el máximo posible de la obra de este autor para comprobar hasta dónde ha llegado su capacidad e inventiva.
Con una trayectoria que empieza a ser dilatada pese a su juventud, ya que ha compaginado incluso varios títulos al mismo tiempo, a veces para ensanchar los mundos de sus personajes estrella y otras para crear nuevas aventuras.
Estrenamos revisión con Brit, un personaje con voz propia pero que cumple dos curiosas coincidencias con sus obras más conocidas: Amplía el universo de Invencible y cuenta con el arte de algunos de los dibujantes de la mayor epopeya zombi de la historia del noveno arte.
BRIT, VIEJO SOLDADO
Analizamos hoy las 3 primeras miniseries antes del inicio de la serie regular de este personaje del universo de Invencible: Brit (2003), Brit: Cold Death (2003) y Brit: Red, White, Black and Blue (2004). Todas pertenecientes al sello Image. Fueron publicadas originalmente en blanco y negro, por Tony Moore al principio y por Cliff Rathburn en el tercer arco.
Unos años más tarde fueron reeditadas con el coloreado de Val Staples, antes del inicio de una serie abierta, sobre la que hablaremos más adelante. Habiendo leído las dos versiones, no puedo despreciar el ejemplar de escala de grises, que da ese contraste más sencillo a las historias y estilo caricaturesco tanto de Moore como del mundo de los Guardianes de la Tierra.
El PROYECTO.
Así que con la idea de crear un anciano supersoldado, que no pasó por la hibernación y con el simple y genial poder de ser absolutamente indestructible, el guionista de Kentucky se hizo unos bocetos, su amigo Ryan Ottley los pasó por la lavadora con un toque a Anthony Hopkins, antes de que Tony Moore se sacara esa mezcla de Jhonny Cash y la esencia de héroes maduros a lo Bruce Willis en Jungla de Cristal o Charles Bronson en cualquiera de las suyas.
Aunque ya en otro título editado por Erik Larsen, Superpatriot, el bueno de Kirkman había usado elementos de humor y drama en veteranos de guerra; la diferencia fundamental era que mientras que el viejo cyborg tenía que esforzarse por recordar su propia humanidad e identidad en una sociedad en continuo cambio, el viejo Brit no podía ser siquiera arañado, ninguna cicatriz dañaba su cuerpo y su invulnerabilidad había tejido un enorme muro de cinismo.
Se tenía el protagonista y sabía cual era el cómic que quería: “batallas panorámicas, poca caracterización y llena hasta los topes de acción”. Son palabras de Kirkman, pero no se preocupen, pues tardó poco en tomarle cariño al personaje y una de las características de este guionista es dotar de pasado y personalidad a los protagonistas con apenas dedicarles un par de líneas de guión. Hablemos de la trama.
CUANDO NO HAY OTRA SALIDA, ESTÁ BRIT
Curioso que Invencible sea apalizado desde el inicio de su serie y que el viejo Brit sea capaz de resistir el estallido de una bomba atómica sin pestañear siquiera. Aunque por lo demás es un hombre completamente normal, con la fuerza proporcionalmente normal de un hombre en su madurez (sin duda no con más de ochenta tacos, como se le suponen) con buena forma física; su resistencia es tal que puede ser golpeado ochocientas veces con una bola de demolición que ni se enteraría.
Eso sí, podrá ser lanzado a millas de distancia o sepultado bajo una montaña que, aunque ileso, tendría que emplearse a fondo para escapar. Un poder simple pero que nunca había sido visto desde esta perpectiva y que ya de por sí engancha, lo que añadido al carácter duro y a la vejez propia del personaje, lo dotan de gran carisma.
PRIMERAS HISTORIAS.
Las primeras historias del personaje son, como ya nos ha podido ocurrir alguna vez con Kirkman, algunas secuencias de agentes del gobierno, científicos locos y supervillanos; que nos suenan o podríamos haber visto en alguna otra serie o lugar.
Tan simple y tan sencillo como que el gobierno americano acude a este veterano agente especial cuando lo necesita. Tiene fama de eficaz, pero también de no dejar títere con cabeza, de un rastro de desastre y desolación allí por donde pasa.
Con una acción vertiginosa y unas resoluciones con ingenio a los típicos monstruos, malos o supervillanos (el primero, que controla mentalmente a la población y crea un golem con cientos y cientos de ciudadanos es, puramente, otra genialidad macabra), se intercala el día a día de un viejo soldado que ha vivido varias vidas cargadas de emoción y que afronta una nueva relación con una bailarina de streaptease del bar que regenta.
Su cinismo y experiencia harán que tanto su vida social como la laboral no tengan sencillo soprenderle. El problema es cuando trabajo y familia se mezclan… Y también hacerse consciente de que no todo el mundo es tan resistente como él.
SEXO, VIOLENCIA, LENGUAJE MALSONANTE.
Pues claro que sí. Todo eso y más. Porque no nos engañemos, es ese tipo de cómics y Kirkman no tiene que envidiar a otros grandes macarras del noveno arte como pueden ser Ennis o Ellis, cuando se ponen. Esto es una sucesión de sangre y amputaciones, de sesos destrozados y tripas que saltan a un primer plano. Si eso te echa para atrás como lector o puede herir tu sensibilidad, vete, porque esto no va contigo. Que está repleto de humor negro, de chistes efectistas y situaciones polémicas…. ¡Por supuesto! Kikman tiene claro cuando tiene que poner el botón de “puro entretenimiento” y aquí no pretende hacer un From Hell.
LAS MINISERIES
En la primera miniserie vemos cómo el interés del gobierno puede cambiar su percepción del papel de Brit en la defensa de la nación, si piensa que su tiempo está acabando.
En la segunda miniserie disfrutamos (casi como hicimos con la peli Commando) de cómo Brit tiene sus propios recursos para mantener cierta independencia de su trabajo.
Y ya con Cliff Rathburn y en la tercera de las miniseries que hoy reseñamos, se complica la existencia de Brit con la guerra contra una invasión alienigena, que también tuvo su eco en la serie de Invencible, cuyas consecuencias alteran más de lo normal a nuestro sarcástico amigo. Por cierto que hay muchos guiños claros al universo compartido. Tanto que Cecil aparece aquí antes que con Invencible y el agente Donald es claro coprotagonista del título, además de cameos de varios superhéroes de Image
CONCLUSIÓN: POCAS VIÑETAS PARA UN GRAN RECUERDO
Habría que saber diferenciar el nivel de una buena crítica de otra con similar valoración pero con atributos más elevados. Quiero decir que a mí Brit me ha gustado, que voy a por la serie regular y también a por sus apariciones en otros títulos como Guardianes de la Tierra.
No es un gran cómic, tiene un desarrollo simple y está claro que abuso de efectismos para mantener la tensión y el interés. Pero no obstante, para mí cumple toda su función.
Es capaz de entretener, su narrativa es perfecta y logra que te rías o que abras los ojos con asombro varias veces en menos de doscientas páginas. Se lee en un suspiro, te apetece continuar y te deja con ganas de saber qué pasará después con los personajes… También con sus secundarios.
Comenzamos este repaso por la obra de Kirkman con Brit. Aquí se ven presentes algunos de sus atributos y seguro aciertos que le llevan a sumar éxitos. Maneja bien el diseño de personajes, dándoles atractivos, haciéndolos reconocibles en dos apariciones y dotándoles de posible profundidad.
Salpimenta la historias de alicientes suficientes para hacerlos atractivos, introduce pequeños temas polémicos como la sexualidad o los secretos familiares, y con humor ácido introduce también pequeños debates morales que permiten cierto juego inteligente con el lector.
APARTADO GRÁFICO
Respecto al aspecto gráfico, casi miméticos Moore y Rathburn con el estilo Invencible, cómodo para ambos por el aspecto caricaturesco e infantil, pero con una narrativa brillante, con pocas viñetas y mucha espectacularidad de trazo grueso.
Fallará quizás en próximas reseñas pero en esta, Kirkman aprueba con notable.
Fran Fernández.