Daredevil es un héroe muy versátil y tiene un potencial que pocos autores son capaces de exprimir al máximo.
Solo unos pocos entre los que se encuentra Ed Brubaker, con la ayuda inestimable de Michael Lark, artista habitual en su etapa al frente del Diablo Guardián, han sido capaces de ofrecer historias realmente interesantes de este personaje, recordadas tiempo de después por los lectores.
Pero la etapa de este equipo creativo, que comenzó con el tomo llamado “El Diablo en la galería D”, número quince de la línea Marvel Saga dedicada al diablo de Hell Kitchen, termina ahora con un arco argumental titulado “El Retorno del Rey”.
Este tomo recoge los cinco últimos cómics books donde Brubaker se despide de Matt Murdock por todo lo alto, después de ofrecer una de las mejores etapas del personaje, en un tomo de tapa dura publicado por Panini Cómis a un precio de 19 euros.
Esta colección dedicada a Daredevil sigue en volúmenes posteriores con los números guionizados por Andy Diggle.
Argumento.
La última vez que vimos a Wilson Fisk fue al final de la etapa orquestada por Bendis, desde ese momento, el enemigo más peligroso del diablo se había alejado de la vida criminal y ahora residía en España, donde buscaba olvidar todos sus pecados. Aún así, su pasado y la violencia que siempre le ha rodeado vuelve a buscarlo.
De esta forma, Kingpin se ve obligado a regresar de nuevo a su ciudad, Nueva York, y hacerse, otra vez, con el control del crimen organizado. Matt Murdock, por su parte, sigue enfrascado en problemas de todo tipo, que le llevarán a realizar alianzas con las personas menos esperadas y a luchar contra La Mano y Lady Bullseye, que en números anteriores se instalaron en la Cocina del Infierno.
Algunos villanos clásicos del personaje también aparecerán en este arco argumental, que finaliza una de las etapas más importantes de Daredevil.
Este tomo también incluye una pequeña historia guionizada por Ann Nocenti y dibujada por David Aja, en la que el Diablo Guardián tras enfrentarse a Bullseye resulta malherido y es trasladado a un bar, donde mantendrá una conversación con el dueño del establecimiento y una joven, que le hará recordar algunos de los momentos más importantes de su vida.
Guion.
Ed Brubaker no necesita presentación, sus obras junto a Sean Phillips nunca defraudan. Su estancia en la cabecera del diablo reafirmó una vez más su calidad como guionista, con una etapa que poco tenía que envidiar a la de Bendis. De esta forma, el volumen que estamos reseñando ponía punto y final a esta larga etapa.
Si la anterior se estructuraba como un enorme rompecabezas, en el que las piezas irían encajando poco a poco, Brubaker dejaba bastante claras sus intenciones a los lectores con una historia de corte más tradicional, pero con un desarrollo también muy extenso, que hemos disfrutado a lo largo de casi cuarenta números USA.
Fin de la serie.
Aunque en este último arco argumental el guionista de Maryland ofrece especial atención a la figura de Kingpin, representando un Wilson Fisk humano y creíble a pesar de sus actos atroces, a lo largo de la serie, Brubaker ha dado gran importancia a secundarios como Dakota North y ha creado personajes nuevos como el Maestro Izo, experto artes marciales, o Lady Bullseye, estos dos últimos ligados directamente a la organización conocida como La Mano, recuperada al final de dicha etapa.
Ed Brubaker conoce bien a Daredevil y sigue ofreciendo historias callejeras mezcladas con el género negro que tan bien ha explorado en obras posteriores. Además, durante su largo periplo al frente de la serie protagonizada por el diablo, recuperará algunos de sus villanos clásicos como Mr. Miedo, el Matador o el Búho, a los que dota de gran realismo, algo muy difícil, ya que muchos de estos personajes eran bastante ridículos cuando aparecieron en los sesenta como fruto de dicha época. Por su parte, Matt Murdock seguirá sufriendo número a número y tendrá que viajar a los infiernos para solucionar todos los errores que ha cometido y no poner más en peligro a sus seres queridos.
Apartado artístico.
El apartado artístico de este tomo esta realizado principalmente por Michale Lark, que se encarga de la mayoría de números que componen esta etapa, y David Aja, que ha colaborado varias veces en la serie como dibujante invitado y, además, lleva acabo junto con Ann Nocenti una pequeña historia incluida en el Daredevil #500 USA.
Lark muestra uno de sus mejores trabajos en todos los volúmenes con un dibujo espectacular, perfecto para representar las expresiones de los personajes y la oscuridad de algunas escenas.
A su vez, emplea un trazo suave y fluido en los momentos de acción, ideal para mostrar al héroe en escenas de combate o moviéndose libremente por la ciudad.
El español David Aja presenta un dibujo que, poco a poco, va presentando las características de su trabajo en Ojo de Halcón. El español utiliza un arte parecido al de Lark, con un tono también oscuro, que sirve perfectamente para representar momentos de agobio y tensión, pero con composiciones de página más interesantes y un dibujo, a veces, más esquemático. Es en la minihistoria que finaliza este tomo donde Aja ofrece un trabajo muy similar al que llevó a cabo en la serie protagonizada por Clint Barton, junto a Matt Fraction, con un dibujo minimalista y dinámico, que a veces recuerda a David Mazzucchelli, y una narrativa gráfica impresionante.
Conclusiones.
En definitiva, este tomo significa el final de una de las mejores etapas del personaje, realizada por un equipo creativo inmejorable, que ha aprovechado lo mejor de Daredevil para ofrecernos historias interesantes y adultas. En general, toda la colección del diablo publicada por Panini Cómics en su línea Marvel Saga es una opción perfecta para los amantes del personaje, siendo esta etapa y la de Bendis las obras más destacadas. Este tomo, en el que se despide Brubaker y Lark, también incluye una serie de portadas alternativas realizadas para conmemorar el número 500 de la colección protagonizada por Matt Murdock y un artículo introductorio que sirve para poner en contexto este arco argumental.
Juanpedro Tocino Castro.