Roma fue uno de los más bastos imperios que dominó medio mundo durante siglos. Cómo lo que nació como una humilde aldea llegó a dominar Europa y parte de Asia y África parece algo digno de una epopeya de colosos.
Pero como reza el dicho, la verdad suele superar a la ficción. Aun así, tirando de otro refrán, Roma no se construyó en un día, y llevó centenas de años erigir tan basto imperio.
En su proceso de crecimiento sufrió períodos de gran dificultad que pudieron haber cortado su expansión de raíz, cambiando el curso de la Historia.
Uno de ésos momentos en los que la ciudad eterna estuvo en serios aprietos fue en el siglo II a. C. durante la llamada Segunda Guerra Púnica; Cartago y Roma se disputaban el control de las rutas en el Mediterráneo occidental.
Y Roma estuvo a punto de perder la guerra por culpa del general cartaginés Aníbal Barca, uno de los más brillantes estrategas de la Historia.
Tras vencer a las tropas romanas en diversas batallas, en un alarde de osadía muy poco común, Aníbal cruzó los Alpes con su ejército y sus famosos elefantes para plantarse en la propia península ibérica a las puertas de Roma.
Y éste período tan convulso es el que nos traen Giorgio Albertini y Giampiero Casertano en Decio, que publica ahora la prestigiosa Ponent Mon en volumen único a un precio de 19 €.
Giorgio Albertini nació en Milán en 1968, donde aún reside.Tras finalizar sus estudios en Historia Medieval, se dedicó a la arqueología,desempeñando también labores como ilustrador histórico y científico. Ha publicado ensayos históricos, y se ha interesado por el mundo del cómic. Por influencia de un colega de profesión emprendió la escritura de su primer tebeo,Chronosquad.
Giampiero Casertano empezó como actor teatral, pero acabó recalando en el mundo de la historieta. Empezó en los años setenta colaborando con el diseñador Leone Cimpellin en las ediciones de bolsillo de Jonny Logan y Guerrad’Eroi, para la editorial Dardo . Luego publica cinco historias con textos de Giorgio Pelizzari en el periódico Boy Music .
Hizo su debut en el prestigioso sello Bonelli, ayudando a Carlo Ambrosini en la creación de una historia de la mítica Ken Parker, personaje creado por Ivo Milazzo y Giancarlo Berardi, que tantas alegrías nos está dando desde que ECC la publica en nuestro país.
Luego pasa a Martin Mystère , para quien dibuja tres historias y un especial. Más tarde se unió al elenco de los diseñadores de Dylan Dog , convirtiéndose con el tiempo en uno de los más representativos.
Se hace cargo también para la editorial milanesa del número 5 de la serie de Napoleón . En 1997, publicó en Francia para la editorial Soleil un arco de tres historias autoconclusivas tituladas Guerres , con guiones de Stefano DiMarino y CarloLucarelli ; La edición italiana será editada en 1999 por ILibri Scuola del Fumetto . El primer volumen de Decio se lanzó en 2008 para la editorial Renoir comics.
En 2012,Bonelli publica una nueva serie llamada Le storie ,donde Casertano realiza los dibujos para el número 1, publicado en octubre de 2012 , titulado The Paris Executioner , escrito por Paola Barbato , y el número 7, llamado La patruglia. perdido , escrito por Fabrizio Accatino y llegó a los quioscos en abril de 2013 .
Estamos en el siglo II a.C cuando Aníbal invade la península itálica y Roma, lejos aún de ser la potencia militar que sometería y gobernaría medio mundo, se ve acorralada. A priori tenía todos los elementos para ser un relato apasionante, puesto que la Segunda Guerra Púnica fue una lucha encarnizada entre Roma y Cartago por su supervivencia. Pero lamentablemente la obra tiene sus problemas.
Un buen cómic no necesita contarte con texto lo que te puede mostrar con la parte gráfica. Parece una obviedad pero no lo es tanto.
Igual que si en una película o serie te cuentan demasiado con palabras lo que deberían narrarte visualmente,algo no funciona.
Y es lo que pasa en éste caso: batallas decisivas y épicas como Cannas o el Trasimeno no se muestran si no que son contadas por el narrador con viñetas totalmente ajenas a la acción. No hay desarrollo de esos momentos. Me hubiera gustado ver más escenas de acción y batalla, como pasa por ejemplo en las Águilas de Roma de Marini. Por otro lado, el general Aníbal sale en 2 viñetas (literalmente). Un personaje histórico con tanto calado, que estuvo a punto de poner en jaque a la misma Roma, en mi opinión merecía mucho más protagonismo.
Entiendo que es el enfoque que le han querido dar los autores, desde la perspectiva de Decio, un joven recluta romano, como un soldado que no presencia esas batallas y sólo sabe de ellas por las noticias que le llegan. Pero aun teniendo en cuenta ésto, en mi opinión no es la técnica narrativa más acertada para el relato.
Otro problema que detecto es que la historia la encuentro demasiado apresurada y se queda corta, más aún teniendo en cuenta que no es la primera parte de una saga más larga si no un tomo unitario. Una pena puesto que un período tan apasionante como la Segunda Guerra Púnica daba para mucho más.
En la parte gráfica se hace un ejercicio interesante, de trazo grueso y colores apagados,trasmitiendo el desasosiego y la atmósfera derrotista de Roma, utilizando sólo de base dos colores para jugar con las sombras y las tonalidades, simulando los propios grabados de la época romana para conseguir una ambientación más inversiva.
Pero en definitiva es una obra que podría haber dado mucho más de sí con el tema que toca.