Divinity es una trilogía, guionizada por Matt Kindt y dibujada por Trevor Hairsine para Valiant.Cada parte está formada por cuatro números.
Argumento.
Insertada en ese universo, cuenta la historia de tres astronautas rusos que son enviados a una misión espacial por la Unión Soviética durante los años de la Guerra Fría.
En el primer tomo Kindt nos narrará la historia de Abram Adams – ojo al nombre -, un niño abandonado en el año 1.945 y elegido para pilotar la misión espacial en 1.960. En la Tierra, Abram Adams dejaría a Eva – como no -, en estado de buena esperanza. Los tres astronautas – dos hombres y una mujer -, entrarían en contacto con una entidad que les conferiría un poder cuasi-divino. Cincuenta años después, la nave del astronauta caería en el desierto de Australia y allí empezaría a mostrar sus extraordinarias habilidades.
Tras salvar de la muerte a David, empieza a usar sus poderes convirtiendo el desierto en un vergel, lo que provocaría la adoración de los nativos. Estas noticias harán que ese desierto se convierta en un lugar de peregrinación y que un grupo de seguidores se arremolinen alrededor de Abram. Esta presencia tan poderosa levanta suspicacias entre los poderosos de manera que los héroes del universo Valiant sean enviados para establecer contacto con Divinity. Esto provocará una situación que acabe en lucha y la derrota de los héroes, como no podía ser de otra forma. A continuación, Abram buscará a su familia, enterarse que esta ha muerto para su desgracia. Afligido por la noticia, el astronauta, haciendo uso de su poder, decidirá traerlos de vuelta, pero las consecuencias no son las que él esperaba.
Conclusiones del primer tomo.
Hasta aquí el primer tomo de Divinity. En sí mismo, este tomo es un gran preámbulo a lo que va a ser toda la saga. Y sólo en función del conjunto se puede valorar ya que en sí mismo, parece una historia casi irrelevante, vista la potencialidad de la idea fundante. El tebeo está lleno de reminiscencias bíblicas, así, el astronauta lleva el nombre del primer hombre, Adams y de Abraham, con el que empieza la Historia de la Salvación. Por otro lado, su mujer se llama Eva y el primer hombre sobre el que Divinity actúa se llama David, como el gran rey de Israel. Sin embargo, la historia avanza poco, o decepciona mucho. Ya en el segundo tomo, el narrador se ocupará del segundo astronauta, Valentina Vostok, la primera mujer en el espacio, aunque también sabremos qué pasa con el tercero en discordia, Kazmir.
Segundo arco argumental.
Lo primero que hace Kindt en este segundo arco es presentar al personaje de Valentina. Una infancia dura, reverberará en una mujer de un carácter rudo. Valentina es una persona obstinada, perseverante y competitiva. Tiene una idea clara de su misión. Todo estará sometido al Estado soviético de manera que no dudará en sacrificar a Kazmir, su compañero, con el fin de volver a la Tierra, usándolo como batería. Ya en su patria, Valentina queda profundamente apesadumbrada por lo que ve, tomando la resolución de devolver a Rusia el esplendor bajo los soviets.
Para ello se pone en contacto con Putin, que la estaba esperando y ambos empiezan la transformación de Rusia, convirtiéndola en un país poderoso, aún más si cabe. El MI-6 manda al cuerpo Ninja (Ninja K) para investigar topándose con la segunda entidad Divinity. Visto el gran poder desplegado por Valentina, Abram se dispone a ayudar. Tras una pelea entre las dos entidades superpoderosas, que acaba con la amenaza de Divinity I de frustrar los planes de Valentina, ésta viaja al pasado para impedir que Stalin firme el tratado Ribbentrop – Mólotov. Este viaje en el tiempo modifica nuestra realidad, de manera que toda la tierra está sujeta al poder del Padrecito. Divinity vuelve a aparecer en escena para, al final, llegar a buen puerto y deshacer el entuerto. Valentina se da cuenta de su error y se dedica a cuidar de su granja, como un Diocleciano femenino.
Tercer arco argumental.
En el tercer arco, Divinity III: Stalinverso, que se ramifica en otra miniserie de cuatro números recogida en España por Medusa como Divinity III: Héroes del Stalinverso, nos encontramos de repente en un mundo gobernado por la URSS, donde los héroes del Universo Valiant son todos héroes del pueblo ruso. Divinity tiene sus poderes inhibidos de manera que no pueden ser usados para revertir la situación. Pero, ¿cómo hemos llegado hasta aquí? Gracias a Kazmir que no murió en el anterior volumen, sino que, poseyendo a Valentina, revierte toda la situación anterior creando una psicosis masiva, una ilusión creada por su poder, que llevaría a Rusia al dominio mundial.
Al final, tras una confrontación entre Divinity y Kazmir y una vez convencido este último que su espectro de acción no tiene que estar reducido a la Tierra, la situación se resuelve y todo vuelve a su ser. Valentina y Abrams viven juntos y felices en una granja en Rusia. Al final se nos anunciará lo que será el siguiente volumen: Eternity.
Conclusiones.
¿Qué decir de la historia? Personalmente llegué con mucho interés a la misma gracias a la publicidad de la serie: un astronauta lanzado al espacio, que vuelve a la Tierra con un poder ilimitado y que rehace la historia de manera que Stalin es el gran vencedor de la Guerra Fría, constituye un argumento sumamente atrayente. Sin embargo, a mi entender, la historia no desarrolla toda su potencialidad. De un primer arco flojo por incompleto o incompleto por flojo, llegamos al tercer volumen donde hay mucho fuego de artificio y poca consistencia.
La historia de Matt Kindt es decepcionante. Quizás ha sucumbido por aplastamiento a la magnitud del argumento. En algunos momentos, o al menos me lo ha parecido a mí, raya lo ridículo, especialmente en la caracterización de Putin, mostrándolo como un dictador enfurecido, totalitario. Rusia es un mundo complejo y apasionante. Los americanos soportan regular que ya no sean la gran potencia de antaño y, en este sentido, este tebeo toma tintes cuasi propagandísticos diría yo, lo que denota que el Oso Ruso les está haciendo daño. Pero no sólo es esto. La referencia que toma Kindt como base para explicar la psicosis masiva inducida, el de las endemoniadas de Loudun, no es que esté mal traída, sino que está inventada. Kindt ha oído campanas pero no sabe dónde lo que le lleva a hacer gala de su incultura. Tremendo.
Divinity, para terminar, es una historia que podría haber sido más, mucho más, pero que ha acabado en nada. Una auténtica pena.
Marqués Valdegamas.