Bienvenidos al Mundo del Cómic. Hoy vamos a hablar de algo muy muy clásico: Don Juan Tenorio, Y no, no es que nos de por hacer un repaso a las obras que leíamos por obligación en nuestra época del instituto. Nos referimos a la adaptación al cómic del clásico de José Zorilla, cuyos autores son Claudio Sánchez Viveros al dibujo y Ricardo Vilvor a los guiones.
En el caso del guionista, Ricardo Vilvor es también el autor de la adaptación al cómic de otra gran obra teatral: La Venganza de Don Mendo, de Pedro Muñoz Seca, que al igual que esta versión de Don Juan Tenorio, está publicada por Grafito Editorial.
Argumento de Don Juan Tenorio.
Don Juan Tenorio es un personaje de ficción que encarna unos valores, que, en la época en la que se estrena la época, el siglo XVI, es lo que se consideraría un calavera, un canalla y un juerguista: Desafiando todo tipo de normas y convencionalismos sociales, este personaje se dedica a enamorar y burlar a toda mujer que se encuentra en su camino y resuelve sus disputas mediante duelos, en los cuales siempre resulta vencedor.
En esta obra, se dan cita dos personajes, Don Juan Tenorio y Don Luis Mejía. Reuniéndose en la hosteria del Laurel para dar cuenta de sus “hazañas”. Estas se resumen en conquistas de todo tipo de mujeres y de duelos ganados en el plazo de un año.
El ganador, de largo, es Don Juan Tenorio, y Mejía le lanza un duelo: Conquistar una novicia y de paso a una mujer que esté a punto de casarse.
El resultado de todo esto es que Don Juan Tenorio se lanza a conquistar a Doña Inés, una inocente novicia que lleva toda la vida viviendo en un convento y de paso, como quien no quiere la cosa, le levanta la prometida a Don Luis Mejía.
Sin comerlo ni beberlo, Don Juan se enamora de Doña Inés, y la situación llega a un punto incontrolable ya que el padre de esta no accede a que se case con ella.
A la discusión se une Don Luis Mejía, ya sabedor del resultado de las hazañas de Don Juan, y con la intención de vengar la afrenta que este le ha hecho, la cosa acaba con un baño de sangre, y Don Juan huyendo de España, para regresar años después…
Y así empieza la leyenda de Don Juan Tenorio.
Contextualizando la obra de Don Juan Tenorio.
Dentro de la edición de Grafito Editorial, nos viene todo tipo de información acerca de la obra. Estrenada en 1844, el autor es José Zorilla y es una obra deudora del Burlador de Sevilla y el convidado de piedra, de 1630, atribuida a Tirso de Molina.
El mito del Don Juan se debe a estas dos obras, con lo cual ya vamos viendo la importancia que tiene. Curiosamente el estreno fue un fiasco y Zorrilla vendió los derechos de la obra, cosa de la que luego se arrepiente.
Estamos ante la obra más representada en la historia del teatro español, y si me permiten una recomendación, yo miraría la versión de 1966, dirigida por Gustavo Pérez Puig, y con actores de la talla de Paco Rabal en el papel de Don Juan y Concha Velasco en el de doña Inés.
La podéis ver en este enlace.
La acción de la obra se sitúa en el año 1545, durante el reinado de Carlos I de España. Se hace referencia a las guerras de Flandes en la misma.
Estamos ante un drama religioso / fantástico, dividido en dos partes. ¿ Por qué fantástico ? Pues por que en la segunda parte, a la vuelta de Don Juan a España, veremos la puesta en escena de los espíritus de Doña Inés y de su padre, Don Gonzalo.
Es una obra que se representa en la festividad de todos los Santos y que forma parte de nuestra cultura popular, estando a la altura del Quijote, sin ir más lejos.
Cómic y teatro: Medios distintos.
Adaptar una obra que dura dos horas y media a un cómic no es nada sencillo. Evidentemente hay cosas diferentes, por que el lenguaje del cómic nos permite ir en algunas cosas más lejos, pero en otras hay que acortar textos, ya que si no, el cómic hubiera resultado tedioso. Os puedo asegurar que es todo lo contrario: Es ameno y de lectura muy ligera.
En primer lugar, hay ciertas licencias que se han dado los autores, y es que nada más leerlo, la primera escena es distinta . Ciutti, criado de Don Juan, hace una presentación de este, pero a diferencia de la obra de teatro, no está hablando con otro criado, si no con una mujer en la calle, en el Carnaval.
Lógicamente, en un teatro, la escena se daría siempre en un mismo escenario, con un mismo decorado. En el cómic, esto no es así, las posibilidades son mayores y esto deriva en algunas diferencias a la hora de trasladar la obra de un medio a otro.
Las hazañas contadas por por Don Juan y Don Luis Mejía se nos representan bajo una paleta de color gris, dando a entender que son hechos pasados.
Además, uno de los recursos que vemos es el de dejar notas escritas, con textos sacados literalmente de la obra, de forma que hagan las veces de cuadro de textos entre viñetas.
Los diálogos de los personajes están cuidadosamente seleccionados, de forma que los textos claves y esenciales los tenemos en el cómic, repartidos entre las distintas viñetas, haciendo que la lectura sea muy fluida.
El punto álgido del cómic lo tenemos en la declaración de amor de Don Juan a Doña Inés. Otro ejemplo del uso de las viñetas está en la marcha de Don Juan, en una página en donde se prescinde del texto, y las emociones de este las sacamos de la expresión de las viñetas.
El valor didáctico de esta edición de Don Juan Tenorio.
No soy de los que opinan que leer cómics sea la antesala para leer libros. Son cosas diferentes, en mi caso, desde pequeño he disfrutado tanto de una cosa como de la otra.
Lo que si creo es que acercar los clásicos a la gente más joven de esta manera, es un acierto total. En el caso de una obra de teatro, en donde le lectura del texto te obliga a visionar un escenario y distintos personajes, para un lector inexperto tal vez sea más complicado.
Como aficionado al cómic, considero que es una lectura muy interesante, muy bien realizada por los autores y teniendo en cuenta que es la segunda obra de teatro que publica Grafito, cabe la posibilidad de que estas adaptaciones tengan más recorrido y veamos otras obras clásicas como La Vida es Suelo, el Alcalde de Zalamea o el Retablo de las Maravillas.
Valoración final de Don Juan Tenorio.
La valoración es muy sencilla: Me ha gustado mucho. Partiendo de la base de que cuando en el instituto me tocaba leer este tipo de cosas, me gustaban, no lo consideraba una tortura ni una obligación pesada, el ver esta obra adaptada al cómic me ha hecho ilusión.
Creo que en nuestra cultura popular hay muchas obras clásicas que deben de ser accesibles para todo tipo de público y reitero en que es todo un acierto por parte de Grafito Editorial.