El caso Sorge. La Cúpula
Jose Ramon Alvarez Garcia
28 diciembre, 2018

El Caso Sorge. Un espía de Stalin en Tokio, de Isabel Kreitz, es una novela gráfica editada por La Cupula en donde nos cuentan la historia de Richard Sorge, un alemán que realizaba labores de espionaje para la Rusia de Stalin en la Segunda Guerra Mundial.

La acción se desarrolla en Tokio, en la embajada de Alemania, y Sorge es un periodista muy bien relacionado con las altas esferas el cual se mueve por todas partes sin despertar sospechas de nadie.

Estamos ante una obra con amplio elenco de personajes y para entenderla es imprescindible conocer el marco sociopolítico en el que se desarrolla.

La historia comienza con la llegada a Tokio de una profesora de música, llamada Eta Harich-Schneider, la cual se aloja en la residencia del embajador y pronto comienza a entablar una amistad con Richard Sorge, amistad que se convierte en algo más, rompiendo una serie de convencionalismos sociales de la época y levantando ampollas entre sus compatriotas.

Nos situamos en Mayo de 1941. Ese mes, Alemania se dedica a bombardear Inglaterra, las tropas británicas se retiran de Grecia, en Estados Unidos se prueba el avión Thunderbolt y se captura la máquina Enigma, entre otras muchas cosas.
El Bismark hundiría el acorazado Hood y posteriormente seria el Bismark quien se iría a pique, y entre todos estos acontecimientos, el 20 de Mayo, Richar Sorge informaría a Stalin de que Hitler piensa invadir Rusia, pero Stalin no le cree.

Esto es algo que podría haber cambiado el curso de la historia, y es la clave para entender esta obra.
Sorge era un vividor, un alcohólico y un mujeriego, se codeaba con las altas instancias alemanas sin despertar la más mínima sospecha y tenía una red de informadores a su servicio. Todo muy discreto, una apariencia de normalidad que hacían que su tapadera fuese perfecta.

Tokio en aquel momento era una especie de mundo aparte, si, estaban en guerra pero eso no impedía que miembros de las distintas embajadas coincidiesen en conciertos o fiestas suntuosas.
La idea de los alemanes era convencer a los japoneses para que invadiesen Vladi Vostok y así ayudasen a los alemanes, cogiendo a los rusos entre dos frentes, pero Japón no se iba a pillar los dedos por Alemania.

Más tarde, Sorge informaría a Stalín de que esa invasión no se iba a producir, con lo cual pudo reunir sus tropas en la zona europea para hacer frente a los alemanes, algo que sería el principio del fin para la Alemania nazi.

Estamos ante una historia de intriga, de espionaje, pero que nos refleja una serie de escenas cotidianas de lo más normales, alejándose de los tópicos del cine y con un marco histórico muy bien reflejado.
Desde un punto de vista narrativo, destacar que no tiene cuadros de texto y muchas de sus páginas no tienen letras de ningún tipo.

Está estructurada por capítulos, cada uno de ellos comienza con las declaraciones de alguno de los personajes protagonistas, ya mayores, con la Guerra finalizada, recordando como era Richard Sorge, como fueron sus vidas en aquella época, y los motivos que les llevaron a hacer lo que hacían.

Ambientada en el Japón de Hirohito, el cómic tiene varios extras, como un mapa, que ayuda a comprender los movimientos japoneses durante los años previos a la II Guerra Mundial, un anexo de personajes, todos muy bien trabajados y un dossier muy interesante sobre la figura de Richar Sorge, personaje oficialmente ignorado durante muchos años por la Rusia comunista y al cual tardaron bastante en reconocer su labor.

Si os gustan las historias de espias y especialmente los cómics ambientados en la II Guerra Mundial, os lo recomiendo.