Reseña El hombre que mató a Lucky Luke
Juan Carlos Polo Blanco
28 noviembre, 2018

Si hay un personaje icónico del western en clave humorística ese es sin duda Lucky Luke. Creado por el belga Morris, se publicaba en el Almanach 47 de Spirou desde 1946. Tuvo varios guionistas, entre ellos Goscinny, popular por crear a la pareja de galos Axtérix y Obélix.

Con motivo del 70 aniversario, Mathieu Bonhomme publicó ésta historia a modo de  homenaje. Bonhomme nació en Paris en 1973. Desde pequeño pasaba mucho de su tiempo libre dibujando, y en los últimos cursos del colegio, estudió para obtener una calificación en arte y diseño, que obtuvo en 1992.

Su encuentro con Christian Rossi, Serge Le Tendre y Jean Claude Mézières fue decisivo. Mathieu pasó los siguientes cinco años aprendiendo de ellos. , recibiendo consejos y técnicas en todas sus formas, que puso en práctica en pequeñas publicaciones para las revistas Spirou, , Je Bouquine, Grain de soleil, Maximum, D-Lire, Image Doc.

En 2002 comienza la serie Esteban sobre los balleneros, y el western Texas Cowboys junto a Lewis Trondheim.

En el hombre que mató a Lucky Luke nos encontramos una historia alejada de la parodia y el humor propias del personaje. Es un western crepuscular donde las notas de humor se reducen al máximo, y Bonhomme le da un tratamiento mucho más realista. El caballo de Luke, Jolly Jump, aquí no habla, si bien si da muestras de ser muy inteligente.

La trama arranca con el cuerpo de Lucky Luke en el suelo, aparentemente muerto, mientras su asesino se jacta de haber derribado por fin a la leyenda. A partir de aquí, retrocedemos para ver todo lo que ha pasado y cómo se ha llegado a esa escena inicial.

 

El solitario cowboy llega al pueblo de Froggy Town en una noche de tormenta. Su intención es pasar la noche y descansar para partir al día siguiente, pero su sentido de deber y justicia le hacen quedarse para investigar el robo de oro a unos mineros. Las sospechas recaen sobre los indios, pero los hermanos Bones, que rigen el pueblo con despotismo, parece que tienen algo que ver.

Junto al legendario pistolero Doc Wednesday, Lucky Luke se enfrentará a ésta despiadada familia.

A pesar de ser una historia como he dicho carente del característico humor del personaje, Bonhomme consigue que siga teniendo el espíritu de Lucky Luke, gracias a los pequeños detalles como mascar briznas de hierba o la famosa escena final  donde sigue su camino al horizonte cantando.

Es cierto que es un argumento ya muchas veces visto en el género, pero para que algo sea bueno no tiene por qué ser original, y el autor utiliza todos los elementos necesarios para crear una pequeña joya.

Pero lo que destaca por encima de todo es el dibujo y el color. Un estilo cuidadísimo y elegante de línea clara que le sienta como un guante, y una paleta de colores riquísima y muy bien utilizada. Bonhomme se encarga de todo, guión, dibujo y color, el solito se lo guisa y se lo come y no le sale precisamente mal.

 

Además es un tebeo que funciona tanto para los que no hayan leído nunca al personaje, y puede ser un buen inicio para conocerle, como para los que ya son fans, que encontraran guiños y situaciones que les hará ilusión.

 

Un western muy a tener en cuenta.

 

Editado por Kraken a un precio de 20 €.