El Tercer Testamento
Reseña El Tercer Testamento
admin
25 abril, 2019

Vamos a reseñar El Tercer Testamento, una de esas obras que ocupan un puesto de prevalencia en la estantería, un título ambicioso en su propio nombre y que acierta al dar otra vuelta de tuerca a la tradición cristiana y europea, combinando elementos tan atractivos como la Edad Media, la Inquisición, la Orden de los Templarios y los textos sagrados.

El Tercer Testamento recoge en sus cuatro álbumes los mejores elementos del cómic franco belga: argumentos adultos e innovadores, exquisita propuesta gráfica y arriesgado desenlace, ejecutado por dos nombres propios de enorme peso en el panorama actual.

El guión.

Leemos al guionista parisino Xavier Dorison, que puede presumir de varios éxitos de crítica y público en los últimos tiempos, (Long Jhon Silver, Undertaker, Santuario, entre otros) y que aquí deja bien clara su personalidad como autor.
Todas sus virtudes y defectos se recogen es esta obra: el ritmo cinematográfico, la acertada elección de temas y escenarios, su cuidada narrativa coral o la tensión argumental. Pero también la densidad de algunas partes de la trama, el desarrollo complejo y otras veces sutil, las cuestiones que deja abiertas…

No obstante, caben pocas dudas de que incluso esas “sombras” en su prosa son discutibles, ya que, sobre todo en los dos últimos ejemplos, ese halo de misterio podría ser es intencionadamente abstracto y no afecta a un resultado global bien estructurado y verosímil.

El Tercer Testamento

El dibujo.

Sobre el dibujante y colorista, Alex Alice, poco puedo decir tras haberme enamorado de su trazo y estilo.

En esta obra iniciada en 1997 y terminada en 2003, aún era prácticamente novicio en esto del noveno arte, pero ya desplegaba un arte incontestable, que une un trazo ligero en algunos planos generales de los personajes, con trazos más gruesos y definidos que conforman figuras muy potentes, permanentes en el ojo del aficionado.

Además no carece de movilidad y la narrativa suele ser precisa, excepto algunas escenas en las que se es intencionadamente indefinido o que generan enorme exigencia como la acción desarrollada en entornos naturales acuáticos o helados.

Creo que hay un par de flechitas en total en todo este título, así que todo un lujo para los sentidos el despliegue secuencial, que se convierte en deleite con la fidelidad de edificios singulares como Notre Dame, ciudades medievales como Toledo o entornos naturales como el Mar Báltico.

Tras adaptar Siegfreid, Alex Alice continuó el argumento de este Tercer Testamento, realizando su precuela, en la que profundiza sobre la vida y obra de Julius de Samaria, precisamente aquel cuya pista persiguen los protagonistas de nuestra épica historia.

Sinópsis


CUATRO LIBROS, CUATRO EVANGELISTAS. 1306.

Un inquietante relicario aparece en un monasterio de Veynes. En su interior, un extraño pergamino que señala la existencia de un libro escrito por Dios y entregado a un hombre llamado Julius.

Poco después esa congregación es exterminada, sin que quede rastro del siniestro descubrimiento. Un renegado Inquisidor, el Conde Conrad de Marbourg; y la protegida del obispo de París, Elisabeth de Elsenor, seguirán su rastro, abriéndose paso en el conflicto de poder entre Templarios, Santa Inquisición y clero; mientras descubren su propio papel en el devenir de los acontecimientos.

Con una estructura dinámica de relato, intercalando pasajes del pasado de los personajes, de la leyenda y del presente, también a través de unos escritos de Elisabeth; destaca en este cómic la generación constante de interés al lector, a través de enormes y originales cliffhangers, consiguiendo un atmósfera oscura y misteriosa y manteniendo una búsqueda creciente de la revelación, que tendrá lugar en un final más que rotundo. Momentos enormemente evocadores, una ambientación muy trabajada, apoyada en un color muy acorde de lo que sucede, y con documentada contextualización histórica de una etapa siniestra de la humanidad.

Con el Libro 4, Juan o el Día del Cuervo; se afrontaba un desenlace arriesgado, nada complaciente y, sobre todo, digno cierre ante lo que sugiere ya en sus primeras páginas.

Valoraciones.

De verdad que me parece todo un clásico moderno que debería ser reeditado en breve, pues su mejor formato sigue siendo el integral que publicó la desaparecida Glenat hace unos pocos años.
Se lleva un notable, rozando un excelente sólo por introducir algunos fortuitos “comodines” para acelerar, como el recurso de un joven traductor que aparece y desaparece para resolver enigmas en momentos clave.

Si os gusta el arte secuencial bien trabajado y realista, relatos como El Nombre de la Rosa o El Código da Vincci; incluso, expediciones a lo Indiana Jones, con templarios y hordas infernales de protagonistas, esperamos que ya tengáis en vuestras manos esta obra o que se aproveche el lanzamiento de los integrales de su precuela Julius para recuperarla. Y, sobre todo, que no se jibarice.

Francisco Fernández Amador.