Hoy os traigo un manga. Se trata del tomo único «JUGANDO A LAS CASITAS. ¡COMO RECIÉN CASADOS!» publicado el pasado mes de Agosto de 2018 por la editorial Fandogamia. Consiste en una recopilación de historias cortas publicadas por su autora, Mai Ando, en diferentes entregas de la revista Sho-Comi de la editorial Shogakukan a lo largo del año 2015 y recogidas en este único tomo. Historias diferentes y con distintos protagonistas que guardan una temática común: el romance entre un chico y una chica de instituto, desde el punto de vista de ella.
Jugando a las Casitas es una obra de demografía shojo y temática romántica y escolar como decimos, que aglutina cinco historias cortas tituladas: «Jugando a las casitas», «A mi lado solamente estás tú», «¡Nunca me resisto!», «Castillo de fuegos, castillo de besos» y «¡No pases de aquí!». Cinco episodios cortos, sencillos y algo ñoños pero que resultan un buen modo de introducirse tanto a lo que son los shojos de romance escolar como al estilo y formas de la autora de este manga, de la cual Fandogamia ya había publicado previamente un tomo único titulado «Trampas Agridulces».
Pese a las diferencias entre las historias, existen algunos rasgos en común presentes en las cinco y que son tropos bastante frecuentes de las obras del género. En todas ellas, tenemos a chicas lindas y agradables (aunque la del último relato quizás sea un poco más tsundere) enamoradas del chico guapo y que no dejan de darle vueltas a sus sentimientos por él, con toda clase de dudas y malentendidos respecto de cuales son los verdaderos sentimientos del chaval que les gusta. Los chicos, en cambio, parecen más bien estereotipos de personajes más pasotas o arrogantes, y en algún caso indolentes, pero invariablemente terminan las historias demostrando estar tan enamorados de la protagonista como ella lo está de ellos. La estructura argumental también muestra rasgos similares entre ellas: una situación inicial que hace que ambos personajes interactúen entre sí, un acercamiento progresivo, un determinado giro argumental que hace que la chica piense que al chico no le importa ella y ha sido una tonta enamorándose de la forma en que lo ha hecho, y finalmente una reconciliación definitiva mediante la cual ambos comparten su amor de manera completamente sincera.
Como podéis comprobar, una serie de argumentos sencillos, con un esquema bastante estandarizado, con unos personajes algo fijados en el estereotipo, con unos diseños de personajes bastante similares entre sí y con un argumento que no se anda por las ramas sino que resulta bastante claro y directo. Pese a lo sencillo y quizás algo repetitivo del esquema, sin embargo la lectura me deja la sensación de que la cosa funciona bien y de una forma bastante fluida. Esto es, en buena medida, gracias al influjo del mecanismo de anticipación. Me explico.
Cuando tú empiezas a leer la primera historia que da título al tomo recopilatorio, Jugando a las casitas, vas identificando una serie de patrones y elementos que de alguna forma se te van quedando grabados conforme los lees. De este modo, cuando en historias posteriores vas siendo capaz de identificar dichos contenidos también en la nueva historia y pese a las diferencias encuentras el mismo tono y dinámica o unos muy parecidos, vas siendo capaz de adelantarte mentalmente a los acontecimientos que te van contando. De esta manera, el lector desea que las expectativas que se ha creado terminen por materializarse en el desarrollo de la trama de estos nuevos personajes, concluyendo de la manera en que uno deseaba o esperaba que sucediese.
Uno pensará que lo que está pasando es que «son todas las mismas historias con unas pequeñas diferencias», y que precisamente esto denota una falta de originalidad en el argumento. Y es posible que algo de esto pueda haber, o no. Pero la clave está en que por un lado el manejo de arquetipos es lo bastante general y, por el otro, los detalles diferenciadores son suficientemente significativos para que, pese a la estructura relativamente similar y los diseños muy parecidos, te siga dando la sensación de estar leyendo cinco historias similares pero a la vez diferentes, y no simplemente una misma historia contada cinco veces y diferenciada solamente en pequeños matices.
Una de las virtudes de este tomo es la de permitir a la gente introducirse en el mundo de los mangas shojo. Normalmente hay mucha gente, especialmente chicos, que se resisten a leer este tipo de tebeos por considerarlos «muy para chicas» con toda la carga de prejuicio y hasta de desprecio que mueve esa expresión en labios de algunos individuos. Esta clase de público puede ser especialmente reticente respecto a la posibilidad de dar una oportunidad a este tipo de obras si se trata de series con varios tomos de duración. Y aquí es donde me parece que este producto desarrolla todo su potencial. Un tomo único que es además un recopilatorio de historias de unas 30 o 40 páginas, autoconclusivas e independientes, me parece una estupenda forma de introducir a la gente a las formas y maneras del manga shojo. Una lectura que además puede ser intercalada y acompañada con otras posibles, ya que al tratarse de historias independientes no es preciso leerlas de una sentada sino que es perfectamente accesible el disfrutar de cada una de ellas de forma independiente en momentos o días diferentes. Jugando a las casitas tiene todos los elementos y características más habituales de ese tipo de obras, pero en pequeñas cantidades y presentadas de forma directa y eficaz, sin que te de tiempo a aburrirte de ellas. Es, como digo, una obra introductoria que cumple muy bien su labor y permite adentrarte en el género con el fin de que luego, si te ha gustado, pruebes con la otra obra de la autora publicada en español o te lances a por otras de corte similar pero bajo diferente autoría.
Respecto de las características de la edición por parte de Fandogamia, estamos hablando de un formato tankoubon estándar en España, rústica con sobrecubierta y de tamaño C6, con 188 páginas en blanco y negro y a un precio de 7,50 euros, que no está nada mal hoy en día. La traducción de la edición española corre a cargo de Luis Alis, habitual traductor manga de la editorial.
En definitiva, una obra sencilla y efectiva, con historias cortas y fluidas de leer. Los amantes habituales del manga shojo estarán encantados con ella, y los que no estén tan acostumbrados a este tipo de productos podrán encontrar aquí un campo de pruebas que utilizar para terminar de decidirse sobre si este tipo de mangas puede o no resultar adecuado y agradable para ellos. Yo, al menos, la he disfrutado bastante pese a no ser el tipo de target habitual de estos mangas.