El cómic que nos ocupa en la reseña de hoy, Lobezno: El fin, fue publicado por primera vez por estos lares de la mano de la editorial Panini, allá por el año 2005 en formato grapa a modo de miniserie de tres números.
Los que estuvieran interesados en leerla están de enhorabuena. Este mismo mes será editada de nuevo en formato 100% Marvel HC en un tomo en tapa dura de 152 páginas al precio de 20€.
Consideraciones previas
No sé si recordáis que hace unos años empezaron a proliferar proyectos de este tipo, dedicados a mostrarnos “la última historia” de ciertos personajes del universo Marvel.
Como consecuencia de ello surgieron títulos tales como Punisher: el fin (Ennis/Corben), Hulk: ¿fin o principio? (Peter David/Dale Keown), los 4F: el fin (Alan Davis), y esta miniserie de seis números que nos ocupa en la reseña de hoy titulada Lobezno: el fin, de la mano del guionista Paul Jenkins.
Se trata, por tanto, de una historia en la que se nos narra un futuro no oficial fuera de la continuidad del personaje (es decir, algo parecido a lo que pudimos ver en la historia de El Viejo Logan, en el sentido de que este bien podría ser uno de los posibles futuros que le esperan al personaje).
A modo de consejo diremos que conviene haber leído previamente la miniserie de Lobezno: Origen (guionizada por Paul Jenkins también), pues este cómic que nos ocupa está plagado de múltiples referencias a aquella otra historia de sus orígenes y a algunos de los personajes que aparecían en ella.
Argumento
El tiempo ha pasado para Logan, que ha visto cómo sus amigos caían mientras él permanecía a salvo gracias a sus poderes regenerativos.
Llega el momento de embarcarse en un viaje de autodescubrimiento en el que verá respondidas las grandes preguntas que han atenazado su existencia desde más tiempo del que logra recordar.
Sobre la obra
Lobezno: El fin no nos sitúa en ningún año concreto, pero lo que sí sabemos es que aquí Logan tiene ya la friolera de 210 años.
Todos cuanto le rodeaban han muerto, dejándolo en la más absoluta soledad, perdiendo facultades cada día que pasa, envejeciendo y esperando su muerte.
Ciertamente es una pena ver así al mítico Lobezno, tal y como se nos muestra en ciertos instantes de la obra, como, por ejemplo, en el que aparece empujando sus garras contra una piedra porque es incapaz de poder volver a meterlas hacia dentro por culpa de la artritis.
Sin embargo, esta monotonía de su vida es interrumpida cuando recibe una carta en la que se le informa de la muerte de Victor Creed (Dientes de Sable), y donde vemos que a pesar de los múltiples enfrentamientos entre ambos a lo largo de los años, aún se guardaban cierto respeto el uno por el otro.
Debido a cierto documento que recibe Logan de manos de un allegado de Victor Creed en el funeral de este, se volverán a despertar en nuestro protagonista viejas dudas sobre todo aquel asunto de Arma-X, sobre su pasado y sobre las razones por la que aquellos hombres los convirtieron en máquinas de matar.
Todo ello dará pie a uno de esos argumentos en los que nuestro protagonista tendrá muchas preguntas y pocas respuestas y deberá embarcarse en lo que será toda una cruzada para encontrarlas.
En esta su última aventura, no faltarán tampoco lugares que han estado siempre muy presentes en su vida, ni reencuentros con ciertos personajes (con uno en concreto sobre todo), del que necesitará su inestimable ayuda para llevar a buen fin su última y sangrienta venganza.
Los autores
Como guionista de Lobezno: El fin tendremos al británico Paul Jenkins, conocido por su prolífica obra realizada para el mercado americano, sobre todo para Marvel Comics.
Un autor que ha jugado un papel importante en la remodelación de los personajes de la compañía durante los últimos 20 años.
Mención especial merece el dibujo de Claudio Castellini, con un estilo de línea clara y detallada, bastante influido por los grandes maestros del dibujo de comic book estadounidense y con un gran labor en lo que se refiere a las expresiones faciales de los personajes.
Conclusión
En definitiva, Lobezno: El Fin es un tomo que recomiendo únicamente para los muy fans del personaje.
Francamente si tuviera que elegir entre este cómic o El Viejo Logan como última historia del garras, personalmente me quedaría con la obra de la dupla Millar/McNiven que tanto me encandiló en su día.
De todas formas, como digo, no está de más que todos los fans del mutante canadiense echaran un vistazo a ésta, para ver qué les parece este posible final de uno de sus personajes favoritos.