Introducción

Marvel empezó gracias a Los 4 Fantásticos. Desde aquel año 1961, varias han sido las etapas destacadas que “La primera familia de Marvel” (como son popularmente conocidos los integrantes del grupo) ha tenido a lo largo de casi 60 años de recorrido editorial.

Suelen citarse habitualmente los casos de la larguísima etapa de Stan Lee y Jack Kirby (durante décadas, la etapa consecutiva más larga de la editorial), la de Jon Byrne, o la de Walter Simonson entre otras. Pero, en los tiempos recientes, ya durante el siglo XXI, posiblemente ninguna ha brillado con luz propia de la forma en la que lo ha hecho la capitaneada por Jonathan Hickman a los mandos de una historia que se prolongó durante varios años y que ahora Panini nos trae, por primera vez en nuestro país, recopilada en tomos dentro de su línea Marvel Saga.

Jonathan Hickman, un guionista al alza.

Cuando comenzó su andadura en Los 4 Fantásticos, Jonathan Hickman era todavía un guionista prácticamente desconocido que estaba dando, como quien dice, sus primeros pasos dentro de la trayectoria editorial que le ha llevado a alcanzar las mayores cotas de renombre en el medio comiquero.

En pleno 2019, Jonathan Hickman es un autor que lo ha sido todo tanto en la editorial Marvel como en el marco del conocido como “comic independiente” (especialmente bajo el sello de la editorial Image, para la cual ha publicado sus obras más importantes dentro de lo que es el comic de autor). Dentro de Marvel, Jonathan Hickman se ha hecho cargo de cabeceras tan importantes como Los 4 Fantásticos o Los Vengadores, ha guionizado uno de los macroeventos Marvel más trascendentes en los últimos años (la última Secret Wars) y recientemente ha vuelto a ser contratado por la compañía para proceder al relanzamiento de toda su línea mutante, la cual llevaba años de capa caída hasta que Hickman ha llegado cual mesías editorial para redimirla y devolverla al lugar de honor que le corresponde.

No son menos destacados, sin embargo, sus producciones de creación propia para el medio comiquero. Quizás la más popular y conocida sea “Este del Oeste” (junto a Nick Dragota) una suerte de western con componentes fantásticos y de ciencia ficción que sirve, también, para presentarnos la particular visión de sus autores sobre cuestiones como el transhumanismo, el apocalipsis y la crisis energética, un relato muy sui generis sobre el fin del mundo. Pero no es ni mucho menos su única obra en este campo independiente, sino que también destacan otras como “Los Proyectos Manhattan” o “Los Asesinatos del Lunes Negro”.

Pero todo ese camino hasta lo más alto, se edificó aquí, en Los 4 Fantásticos.

Sinopsis y contexto de la obra

Para comprender y disfrutar completamente de este tomo tenemos que empezar situándolo en el contexto editorial en que se encontraba inmerso el Universo Marvel la primera vez que se publicó esta historia. En concreto, nos referimos a la fase editorial conocida como “Dark Reign” (o Reinado Oscuro, en su edición española) un momento editorial ubicado entre los sucesos acaecidos en “Secret Invasion” y que alcanzó su culmen y conclusión con la miniserie-evento de “Siege”. Las consecuencias derivadas de la invasión Skrull habían terminado conduciendo a Norman Osborn, antiguo villano ahora supuestamente reconvertido (aunque nunca lo suficiente), a hacerse con el poder. Un poder que ejercía de forma claramente despótica y con un objetivo siempre claro en su diana: poner fin a las actividades de los superhéroes.

En este contexto editorial, la cabecera principal de Los 4 Fantásticos se encontraba inmersa en una etapa algo independiente en manos de Mark Millar y Bryan Hitch. Pero Marvel no podía permitir que Los 4 Fantásticos permaneciesen completamente al margen de los sucesos generales del Universo Marvel, así pues desde la editorial encomendaron a Jonathan Hickman y Sean Chen dar cobertura, en el marco de una miniserie titulada “Dark Reign: Fantastic Four”, al modo en que esta particular familia superheroica afronta tan aciagos momentos.

Los 4 Fantásticos. El puente. Valoración.

Si esta miniserie fuese exclusivamente cumplir un expediente editorial, posiblemente hubiera carecido de sentido su recuperación. Pero lo cierto es que Jonathan Hickman consigue, de forma bastante notable, combinar lo que sería un fiel reflejo de lo demandado desde arriba, a la vez que sirve de presentación y prólogo a lo que será una dilatada trayectoria editorial de la colección en una gran trama que, posteriormente, tendría su réplica a lo largo de su también larga trayectoria como guionista de Los Vengadores y que culminaría finalmente en el macroevento de Secret Wars. Este primer tomo es, por tanto, el cumplimiento de un encargo editorial, pero también la primera piedra de una de las historias-río más grandes que ha tenido el Universo Marvel en las últimas décadas.

Aquí vemos como Reed Richards soporta sobre sus hombros la pesada carga de sentirse responsable y culpable de la situación que atraviesan los héroes en estas funestas consecuencias. Vemos también el papel de Sue como la mujer que trata de sacar a su familia unida de los problemas y adversidades. También contemplamos a esos niños, Franklin y Valeria, llamados a ser los héroes del futuro. Y, por supuesto, aunque con algo menos de relevancia argumental, podemos ver también a La Cosa y la Antorcha Humana ejerciendo su papel. Todo ello salpicado por una historia plagada de ciencia ficción loca, realidades alternativas y aventuras, mientras la alargada sombra de Osborn trata de desalojar a La Primera Familia del emblemático Edificio Baxter.

Andrés Casas Soto.