Y llegó el día en que algunos de los héroes más poderosos de la tierra se unieron contra un objetivo común. Ese día nacieron… LOS DEFENSORES.
Disculpad la trampa y el juego de palabras, porque aunque sin duda esa cita es uno de los emblemas más reconocibles del grupo por excelencia de súper poderosos en Marvel, Los Vengadores; no podemos negar que podría ser aplicable también al equipo formado por el Doctor Extraño, Namor, Hulk y, posteriormente, por nuevos y reconocibles miembros de ese universo de ficción, como Estela Plateada o la nueva Valquiria. Salvo por un detalle fundamental: Los Defensores no son un equipo.
Un grupo diferente.
Conocidos por el fandom y el propio sello como el “no grupo”, hay un condicionante que parte como base de Los Defensores y que supone la principal diferencia de este codiciado título nacido a principios de los 70, con el de los héroes con base en la quinta avenida.
En este caso no tienen sede, no han firmado fundamentos, no tienen juramento y ni siquiera se reúnen periódicamente o celebran incorporaciones de nuevos miembros.
Pero esta desorganización no evitaba que mes tras mes, los diferentes personajes se pusieran de acuerdo y fueran convocados contra una amenaza común. Y esa falta de consenso no sólo funcionaba como elemento diferenciador con el resto de grupos Marvel, sino que encajaba perfectamente con las cualidades de héroes famosos por su arrogancia, insumisión y carácter solitario. Una anarquía en la organización que Stephen Extraño trataba de apuntalar, pero que chocaba con la negativa de sus “no compañeros” a recibir órdenes de nadie.
Nueva edición.
Con motivo del lanzamiento este mes de diciembre de un nuevo Marvel Limited Edition dedicado a Los Defensores, analizamos y dejamos nuestras impresiones acerca de esta creación del prolífico guionista Roy Thomas, que más tarde dejara en manos de otro de los nombres propios más influyentes de la expansión Marvel en esa década, Steve Englehart.
El “no grupo”.
Héroes individualistas, de poder indiscutible pero con dificultades para ser reconocidos como protectores de la humanidad. Personajes atractivos, con importante peso en la historia del universo Marvel, pero sin el respaldo suficiente por parte de los lectores para mantener sus series en funcionamiento. Con mayor o menor medida, está era la situación de los miembros de Los Defensores antes de que Roy Thomas le planteara a Stan Lee la creación de un nuevo equipo con el Doctor Extraño, Namor, Hulk y Estela Plateada en sus filas.
La petición estaba fundamentada en el crecimiento de ventas que se había comprobado en la serie regular de Namor (Submariner 34 y 35, febrero-marzo 1971), cuando el príncipe atlante solicita la ayuda de Silver Surfer y el coloso esmeralda para detener un experimento de control del clima potencialmente devastador. Bautizados entonces como “Los Tres Titanes”, dejó madurando una idea que tenía luz verde en diciembre de ese año con Marvel Feature 1 y la creación de Los Defensores, pero con el cambio en la formación de Estela Plateada por el Doctor Extraño, debido a la entonces cerrazón de Lee por dejar las aventuras de su héroe más querido en manos de otros. Pero incluso esa sustitución contra la opinión del eterno becario de Marvel también encontraba argumentos.
Fin de la serie de Doc Strange.
El último número de Doctor Extraño ( 183. Noviembre de 1969) dejaba no sólo la cancelación del título, sino el inicio de una saga que sería terminada, precisamente, en las series de Submariner y Hulk; además de introducir a “los Inmortales”, una especie de versión marvelizada de los primigenios de Lovecraft que actuarían como enemigos del grupo en más de una ocasión.
Sentadas las bases del equipo y a la vista del éxito en Marvel Feature, los héroes pasaron a protagonizar su propia serie regular, ya en 1972, con el título de Defensores y con la presencia de Norrin Radd en el grupo.
Marvel Limited Edition. Contenido.
El primer MLE dedicado a Los Defensores que incluye toda esta etapa previa de los orígenes del equipo, Con Doctor Strange 183, Sub-Mariner 22, 34-35, The Incredible Hulk 126, Marvel Feature 1-3, The Defenders 1-11 y The Avengers 115-118; incluyendo también ese primer crossover con los Vengadores, en una saga considerada de culto por muchos aficionados al noveno arte.
Los autores.
Así que hablar de Los Defensores es hablar de su creador, Roy Thomas; del guionista que se hiciera cargo de la serie Steve Englehart, y también de los diversos dibujantes que crearon sus páginas hasta la llegada de un sobresaliente Sal Buscema, quién, al igual que hiciera su hermano John en las páginas de Los Vengadores, consolidó la estética e imagen clásica de la serie, firmando uno de sus trabajos más destacados en el Bullpen.
Si en la etapa previa a la fundación del “no grupo” disfrutamos del arte de Marie Severin, el propio Sal Buscema, Gene Colan o un más que olvidable Herb Trimpe; fue Ross Andru el encargado de dar vida a Los Defensores en esa primera aparición, dejando también uno de los entintados más extraños de Bill Everett en Marvel Feature.
Cuenta el propio Roy Thomas que Everett detestaba el lápiz de Andru por la falta de definición de sus líneas y tomó la decisión de entintar todas ellas, con un resultado bastante peculiar y que podría ser el acercamiento más exacto a lo que entregaba el dibujante, un excelente narrador pero con algunas inseguridades y dificultades para cumplir con los plazos de entrega.
Aunque tras la consabida regañeta de Stan Lee, el creador de Namor continuó en el entintado con una mayor estilización del arte entregado por Andru, fue Sal Buscema el que se apropió de esa parcela para la serie regular, apoyado en las tintas de Frank Giacoia o Jim Mooney.
En este sentido valorar la inventiva de Roy Thomas, que se mantuvo como editor en Los Defensores y que llegó a combinar guiones de títulos como Namor, Hulk, Vengadores y Marvel Feature, además de darnos en los setenta otras creaciones como Conan, Puño de Hierro y muchas más.
Similar situación la de Englehart que también tuvo la valentía de asumir simultáneamente dos de las series más importantes del sello editorial, Los Vengadores y Los Defensores. Esa condición dejó como principal conexión ese cruce antes referido entre ambas series, si bien dejaría de compatibilizar ambos títulos con la llegada del veterano Len Wein o Steve Gerber
La hora de las palomitas. Héroes sin complejos e historias para entretener.
Pero, ¿qué tipo de historias contiene la serie de Los Defensores? Pues de superhéroes. Premisas sencillas con desarrollos espectaculares en los que la acción prima sobre el
argumento. Amenazas globales, respuesta de los héroes que se convocan cada número para luchar por el bien, aunque la opinión pública no tenga la mejor valoración de ellos o desconozca sus acciones o intenciones.
No obstante, la presencia de personajes como Doctor Extraño, Estela Plateada o Namor, permiten explorar asuntos relacionados con la magia, el ocultismo, las dimensiones de la realidad o, incluso, la lucha por el medioambiente.
En esa línea de innovación, la llegada de la primera mujer al título, la Valkiria (1973), quién vestirá el diseño que creara John Buscema para la Encantadora en Los Vengadores; pero que esta vez está encarnada por Barbara Norris, quién fuera integrante de una secta que pretendía el retorno del Sin Nombre y los Inmortales a la Tierra, pero que se sacrificó en rebeldía al plan de su líder.
Por poner algunos ejemplos del contenido de la serie, los primeros números de Marvel Feature, que dejarán el enfrentamiento con el extraterrestre tecno-asistente Yandroth; o el primer número de la serie regular, que medirá a nuestros héroes con Dormammu, quién reaparecerá más tarde como enemigo a batir en la referida Vengadores vs Defensores.
Valoración final.
Así que partiendo de la base de que hablamos de un Must Have para cualquier coleccionista de las historias clásicas de Marvel y un material muy cotizado, como demostraban los elevados precios de este título en el mercado especializado y de segunda mano; pretendemos responder a si se trata de una lectura llevadera e interesante para el lector actual.
Y contestar no va a ser fácil, pues el que escribe se encuentra en el grupo de los que necesitaba atesorar estos números que tanto impacto tuvieron en la historia del comic book americano de los setenta.
¿Han envejecido bien?
No sabría decirlo. Las historias destilan ese aroma simple e infantil propio de la época y, aunque los argumentos derrochan talento e inventiva de sus guionistas, el desarrollo y los diálogos son encorsetados y a veces incluso prescindibles. La presencia del poco sesudo Hulk o el eternamente confundido Estela Plateada, no ayudan a la fluidez de los textos, que pasan a un segundo lugar frente a las enormes batallas y demostraciones de fuerza.
Pero también hemos de decir que el mero hecho de ver juntos a tan carismáticos y poderosos personajes, la inestabilidad del grupo o la inclusión de elementos místicos en algunas sagas, convierten este título en un entretenimiento continuo y un ejemplo claro del devenir de Marvel para satisfacer los intereses de un público cada vez más difícil de sorprender y que exigía la sucesión de continúas innovaciones en las series. Aquí, como en Los Vengadores, serán muchos y variados los nuevos “no miembros” de un grupo de superhéroes que, con objetivos indeterminados, lograban componer uno de los iconos más atractivos de este mundo apasionante de las viñetas.
FRAN FERNÁNDEZ