Desde que recibí las primeras noticias de esta obra, he seguido con entusiasmo todo su proceso de desarrollo, por suerte la espera ya ha terminado y Phylax: el Incidente Martinhebrón está a la venta desde finales de noviembre publicada por Panini bajo el sello Evolution Cómics.
Esta historia creada por Gol y Pedro Camello es el segundo tebeo que he leído de este equipo creativo después del tomo integral de Cruz Negra editado por Aleta. De nuevo, este par de autores llevan a cabo una obra de ambientación histórica donde, en este caso, utilizan elementos del género superheroico y de las obras pulp más clásicas, situando este relato en la España de los años treinta y cincuenta del siglo pasado.
Argumento
El título de Phylax: el Incidente Martinhebrón no es casualidad, todo el relato gira en torno al proyecto Phylax, una serie de investigaciones destinadas a la elaboración del suero que, inyectado en una serie de sujetos escogidos, otorgaba habilidades especiales a cada uno de ellos. La creación de estos supersoldados, por parte del ejército sublevado durante la Guerra Civil española, tendría especial relevancia en el desenlace del conflicto contra las fuerzas republicanos. Así, a través de diferentes saltos en el tiempo seremos testigos del pasado de nuestro protagonista, Fernando Jara, un antiguo combatiente que formó parte del proyecto mencionado. Ahora, en los años cincuenta, durante el periodo franquista, es el único superviviente del plan iniciado en 1936 y se verá obligado a acabar de una vez por todas con el expediente que le otorgo sus poderes regenerativos. De esta forma, Fernando, junto a su hermana Juli, se verá envuelto en una trama de espionaje, acción y aventuras en la que está implicado el gobierno de Estados Unidos, la KGB y hasta la iglesia, para impedir la fabricación del suero que le inyectaron hace años.
Sobre la obra
Miguel Gómez Andrea, también conocido como “Gol”, sitúa el presente de esta historia en los años 50 durante el periodo franquista, recreando con la ayuda de Pedro Camello a los lápices la sociedad española de aquella época, donde instituciones tan importantes, sobre todo en estos años, como la Iglesia y el ejército tenían una gran influencia en el poder, algo que se aprecia constantemente en esta obra.
Los personajes, a su vez, quedan bien definidos sin necesidad de extensas explicaciones, desde nuestro protagonista Fernando Jara, sujeto afectado por el suero, fuerte y apuesto, su hermana Juli, que funciona en la trama como sidekick, ayudando en las sombras al héroe, proporcionándole constantemente nuevos instrumentos tecnológicos muy avanzados, hasta una espía norteamericana que llega a España para investigar el proyecto y recuerda con sus habilidades a otras figuras importantes del mundo comiquero como Catwoman. Los villanos, por su parte, son dos hermanos, uno perteneciente al clero y otro al ejército, ambos inmersos en esta intrigante trama y dos de los personajes más interesantes de este relato.
Un aspecto realmente atractivo de la trama son los momentos en los que visitamos el pasado, situándonos en plena Guerra Civil para conocer poco a poco el incidente Martinhebrón, un suceso cruento que marcó para siempre la vida de Fernando, provocando enormes consecuencias para este supersoldado. Estos flashbacks se consolidan como una de las partes más interesantes de este cómic, ofreciéndonos además, algunas viñetas muy impactantes.
Homenaje al pulp.
Como ya hemos mencionado al comienzo de esta reseña, estamos ante una obra que homenajea de una forma muy especial las aventuras pulp y el género superheroico. Un tebeo cargado de acción que, sin ningún tipo de pretensión, consigue hacer su lectura muy entretenida, manteniendo a la vez una recreación fiel de este periodo tan gris de la historia de España y con giros de guion bastante sorprendentes.
Apartado artístico
Pedro Camello asume la responsabilidad total del aspecto gráfico en todo el volumen con un estilo cartoon muy personal, destacando por su dinamismo, unas composiciones de página muy bien ejecutas y un diseño de personajes original que los hace carismáticos. Los lápices del dibujante extremeño consiguen también aportar un toque clásico a toda la obra con viñetas que recuerdan a maestros como Jack Kirby o Will Eisner. Pese a pequeños aspectos negativos como la falta de detalle en algunos fondos, en general, el trabajo artístico es espectacular y demuestra, además, la versatilidad del autor para cambiar a un estilo de dibujo más realista cuando lo desea, aprovechando adecuadamente los blancos, negros y grises.
Conclusiones
En definitiva,Phylax: el Incidente Martinhebrón , una obra nacional de la que se debería estar hablando mucho más, realizada por dos grandes autores como son Gol y Pedro Camello, que ya nos trajeron otros tebeos como Cruz Negra, Guido el Negro o Cervantes: La ensoñación del genio. En el caso de Phylax: El Incidente Martínhebrón se acercan al género pulp y superheroico con una historia que engancha desde el principio y con un dibujo magnífico, que gustará a los amantes del cómic clásico y aquellos que quieran simplemente un buen rato de entretenimiento.