Pobre Lampil es la última novedad de la colección Fuera Borda, de Dolmen Editorial.
Estamos ante una serie de los creadores de Los Casacas Azules, Willy Lambil y Raoul Cauvin, la cual presenta la originalidad de que el personaje protagonista, Lampil, es una parodia del dibujante Lambil.
Orígenes de la serie.
Este personaje aparece por vez primera en la revista Spirou , en el número 1823, del año 1973, dentro de una sección de la revista llamada Carta Blanca.
Esta sección era algo así como un banco de pruebas para los dibujantes más jóvenes. La revista dejaba dos páginas a modo de experimento y de aquí podría salir cualquier cosa.
La cuestión es que la revista empieza a recibir trabajos, algunos muy interesantes, y el resultado fue la sección Carta Blanca se convierte en una especie de cantera de talentos jóvenes que más tarde engrosarían las filas de la revista Spirou, pero también en proyectos experimentales, y ese es el caso que nos ocupa.
Dentro de las historias que aparecían en esta sección, destaca una: Pobre Lampil, en donde los dibujantes de los Casacas Azules se salen de su rutina habitual y presentan las aventuras y desventuras de un dibujante.
Debido al éxito cosechado, el personaje sale de la sección de Carta Blanca y aparece como miembro de pleno derecho de la revista.
Lampil.
Lampil, como ya hemos dicho antes, es una parodia de Lambil. Nos vamos a encontrar con historias de dos páginas, en donde se nos relata el dia a dia de un dibujante frustrado, cuyo “talento” no es reconocido en la editorial y que se siente infravalorado respecto a sus compañeros de profesión.
Dentro del cómic de Lampil, podemos analizar dos cosas.
Las situaciones a las que se enfrenta.
Por un lado, las derivadas de su vida profesional: Las firmas en las convenciones, los aumentos de sueldo, los sondeos de los lectores sobre sus series preferidas o la relación tormentosa que tiene con su guionista.
Por otra parte, está su vida cotidiana. Las visitas a la carnicería, las broncas con el carnicero son lo mejor de la serie, y a la farmacia. Y es que el pobre Lampil es un hipocondriaco de mucho cuidado. Siempre con miedo a estar enfermo, atiborrándose de pastillas y con un pesimismo permanente.
Los personajes. La serie poco a poco va ampliando su abanico de personajes. Si en un primer momento tenemos a la mujer de Lampil, que sirve de contrapunto a su carácter poco afable, más adelante veremos desfilar por la serie a compañeros de trabajo, a su guionista, a la mujer de este, el editor de la revista.
Las historias, cortas, se prestan a situaciones demenciales, con resultados muy disparatados. Una visita a la carnicería puede derivar en una bronca y esta a su vez en una solución completamente delirante.
Si hablamos de los médicos, todavía peor, y no podía faltar el reflejo de lo que es el trabajo del dibujante.
Aquí nos tenemos que parar un poco por que en la serie lo que vemos es una persona huraña, que trabaja desde casa, que solamente ve el lado malo de las cosas, y que de vez en cuando va a la redacción, ya sea a entregar un trabajo que de cara al editor es de calidad insuficiente y que por otro lado, siempre va a perder en cualquier comparación que haga con sus compañeros.
La frustración, la mala leche y un carácter insoportable son las características de nuestro personaje. El cual, pese a todo, nos va a sacar más de una carcajada.
Publicación en España.
Como suele ser habitual con este tipo de personajes, en España no ha tenido demasiada difusión.
Algunas páginas sueltas en la revista Spirou Ardilla, para de contar.
Ahora, Dolmen nos pone al alcance todas sus aventuras en dos integrales.
Valoración.
Sin lugar a dudas, una de las series más divertidas que puedes encontrar ahora mismo. La pena es que son sólo dos tomos, lo bueno es que acabas rápido la colección.
Estamos ante un personaje atípico, sin ningún aspecto positivo a destacar: hipocondriaco, neurasténico, mal encarado, negativo, tóxico a más no poder, pero al que se le coge cariño.
Por otra parte, nos entra la duda de que es autobiográfico y que es ficticio, eso solo lo saben los autores.
En definitiva, os lo recomiendo.