He de confesar a los cuatro vientos que siempre he sido muy dado a las novelas gráficas de Marvel (sobre todo a raíz de cuando pusieron a precio de auténtico saldillo en mi tienda favorita bastantes de las publicadas allá por los años 90 y me hice con unas cuantas a precio de risa). Así que cuando en su día me enteré de que Panini iba a sacar a la venta esta novela gráfica protagonizada por el arácnido por excelencia no pude menos que salir pitando a mi tienda favorita para hacerme con ella.
A decir verdad, lo primero que me llamó la atención fue ese triplete de cracks que componen el plantel artístico, pues una obra que aglutina los nombres de Mark Waid, James Robinson y Gabriele Dell’Oto resulta inquietante para cualquier friki que se precie. Pero sin duda alguna, lo más curioso era la premisa de su argumento, en el que alguien ha puesto a Spiderman en el punto de mira (algo ya muy habitual), y la única persona que puede salvarle es… ¿la hermana de Peter Parker?.
Ciertamente, el hecho de que los padres de Peter Parker (Richard y Mary) hicieran sus pinitos como espías y demás es una idea que da mucho juego para introducir elementos oscuros o poco claros de su pasado y que de buenas a primeras alguien se saque de la manga que el bueno de Peter tiene una hermana: Teresa Parker. Bien es cierto que al final de la historia se desvelarán todos los entresijos de este entuerto, pero eso es algo que tendréis que descubrir por vosotros mismos…
Aparte de este hecho, que supone claramente el elemento más inquietante del tomo (esa supuesta existencia de una hermana de Peter), el cómic no deja de ser una historia más de nuestro héroe pasándolas canutas y sufriendo los puteos incesantes de Kingpin, con mercenarios y villanos de por medio, que son lanzados contra nuestro héroe y “despachándolos” por parte de Spidey con el gracejo del que hace gala siempre. Además cuenta con el añadido de que a lo largo de las páginas nuestro trepamuros favorito tendrá presencia internacional en lugares como Suiza, Montecarlo o El Cairo (muy acorde con el tono de “película de espías” que rezuma la obra).
Pero aparte del buen ritmo y esos toques de intriga que encierra el argumento en torno a la figura de Teresa Parker, si hay un elemento que merece la pena destacar de esta novela gráfica es, sin duda alguna, el arte de Gabriele Dell’Oto con ese estilo suyo tan realista y casi pictórico que es una delicia para la vista (desde Alex Ross no veía a otro dibujante que me dejara los ojos haciendo chiribitas con cada viñeta).
En definitiva, Spiderman: Negocios familiares es una novela gráfica bastante recomendable para todos los fans del arácnido por antonomasia que quieran disfrutar de una historia autoconclusiva de su héroe favorito de forma aislada y alejados de esa maldita continuidad de las series regulares que a veces tira un poco para atrás. Lo dicho, un cómic ideal para conocer ciertos misterios que rodean la vida de Peter Parker, desarrollado un poco en plan blockbuster cinematográfico. Una lectura muy recomendable…