Los nostálgicos de la editorial Vértice seguro que recuerdan uno de los personajes más atractivos del cómic británico: Spider. Un personaje que se creaba en 1965 para la revista Lion con argumento de Ted Cowan y dibujo de Reg Bunn, a los que pronto se unió el talento de uno de los nombres más conocidos del noveno arte, el co-creador de Superman, Jerry Siegel.
Aunque hoy es habitual encontrar anti héroes en las historias de diferentes medios artísticos, estos perfiles no eran nada habituales en la época de su creación, si bien es cierto que los británicos siempre fueron unos visionarios y empezaron a jugar con el protagonismo de villanos en títulos como Zarpa de Acero o este propio Spider.
Así, nos encontramos una cabecera dedicada a un villano, un cerebro dedicado al crimen y que se plantea construir el mayor imperio del mal de la historia. Con el lanzamiento del primer libro recopilatorio de las historias clásicas de este personaje, Dolmen pone en marcha su colección Albión dedicada a personajes de la editorial IPC y con la que también se recupera un material que nunca se pudo disfrutar en España con este orden y calidad de reproducción. Vamos a echar un vistazo a este ser único e irrepetible.

LA MENTE CRIMINAL MÁS SINIESTRA DEL MUNDO.
Esa afirmación es reclamo habitual de la serie, pero hay que reconocer que Spider no es tan malo como lo pintan. Pocas veces se le verá hacer daño a otra persona intencionadamente y en su carrera editorial no tardó demasiado en abandonar su ansia criminal para ponerse del lado de la justicia o, al menos, ayudar a la policía a detener a villanos que siempre eran más pérfidos que él.
En este primer recopilatorio, que nos deja las primeras historias del personaje, sus airadas proclamas y amenazas poco se concretan, pero sí llegan heroicidades pronto como el rescate de policías cuando el Hombre Espejo les hace caer de un precipicio y llega salvadora la red de Spider, con el grito “no puedo permitir que mueran inocentes”.
No obstante es en hechos como estos donde se ve la esencia del villano, que se volvía aún más arrogante y violento tras la llegada de Siegel.
Y es que una cosa es robar y otra asesinar. Y este genio del crimen se siente cómodo en lo primero pero no en lo segundo.

ENTREGAS SEMANALES EN LA REVISTA LION
El primer recopilatorio de Dolmen publica el primer año de publicación de Spider en la revista Lion. Son episodios de dos páginas, en los que lo habitual era terminar con un reclamo para el siguiente. A veces cerraba la historia en desarrollo pero, casi siempre, se enlazaban una serie de continuaciones que formaban una narración mucho más amplia.
Pese a la antigüedad del material y la limitación propia de ser episodiado en revista, lo cierto es que sorprende que la lectura con ojos actuales sigue siendo enormemente divertida y no tan naif como pudiera pensarse. Desde luego, no
que hay una introspección sesuda a las personalidades o motivaciones de los personajes protagonistas y secundarios, pues cada uno cumple su rol en la narración y prevalece la forma sobre el fondo.
Pero sí valorar la originalidad de la propuesta, con buenas ideas y antagonistas atractivos, como el Doctor Misterioso o el Temible Emperador Androide. También que todo esto tiene una clave de éxito fundamental. Su dibujante, Reginald Bunn.
MAESTRO DE LAS LÍNEAS PARA DIBUJAR LA RED DE SPIDER
Si esta obra destaca por algo es por la propuesta artística y por el diseño del personaje protagonista, del mundo en el que se maneja. Conocido con el apodo del “rey del rayado”, Reg Bunn nos regaló un antihéroe con mucho carisma. Con un perfil atlético, rostro que recuerda a un vulcaniano de Star Trek o a un elfo, además de un vestuario innovador que completaba sus recursos y cualidades.
Destacar esa red de araña, esas pistolas de humo y de gas que se presentaban “inocuas” pero que bien que dormían o paralizaban a sus variadas víctimas.
Años más tarde he podido entender que en esos ángulos imposibles, en esas ciudades tan elaboradas, ese nivel de cuidado, ese afán por el detalle o esas sombras siniestras, hubo gran influencia para posteriores autores británicos. El genio Alan Moore recuperó al personaje en su serie Albión, precisamente. Pero es que no es difícil ver algunas semejanzas entre Spider y otros personajes, como Moloch de la obra maestra Watchmen…
El bardo de Northampton también hizo homenaje al personaje en su saga con el Capitán Britania para la Marvel inglesa, siendo una de las lápidas que identificamos como víctimas de La Furia. Eso sí, tampoco engañamos a nadie si vemos semejanzas físicas entre el criminal y Namor, el rey del Mar. Pero sin desviarnos demasiado del apartado gráfico del cómic que nos ocupa, aunque no todos los números contaron con el mismo nivel de cuidado, soberbio el papel que jugó Bunn en el ascenso a la leyenda de este personaje clásico.
UN VIAJE AL PASADO, PERO SIN CASPA
Y es que 56 años no son nada si los autores pusieron empeño en el proyecto. Tanto Cowan creando un protagonista con atributos inéditos hasta el momento; como después Siegel, ampliando el imaginario del título y llevándolo por derroteros más fantásticos e inverosímiles de los que intuíamos; consiguen lo más importante: entretener.
Primero nos interesan por el proyecto de Spider de crear un imperio criminal y, desde ahí, consiguen mantener el ritmo con una sucesión de persecuciones que no dan respiro, genialmente narradas por el arte de Bunn. Los autores juegan con el misterio, pues sólo con el conocimiento de más historias arañas mínimamente por qué Spider hace lo que hace, quién es o cómo se convirtió en un cerebro del crimen.
El carisma innegable del protagonista y el buen hacer de la editorial IPC, que hacía tebeos para jóvenes, pero con la seriedad y dedicación que merece nuestro noveno arte, dejaba una cuenta pendiente en nuestro país… Para que las historias de Flierman pudieran tener algún sentido, había que pedirle perdón recuperando su nombre con una gran edición y una calidad de reproducción que deben hacer caer en el olvido aquellos remontes y destrozos que aún atesorábamos los más nostálgicos del lugar.
El rey de los ladrones, un personaje ambicioso, vanidoso y megalómano; nunca permitió quedar en segundo lugar y por eso mide fuerzas con todos los que disputen su prevalencia.
Por eso la línea Albion de Dolmen sólo podía empezar con él. Por eso auguramos el éxito a esta apuesta por el material clásico que ha influido tanto en todo lo que ha ocurrido después.
Fran Fernández