Thorgal El ermitaño de Skellingar
Jose Ramon Alvarez Garcia
24 febrero, 2021

La semana pasada salía en España el nuevo album de Thorgal, titulado El ermitaño de Skellingar.
Con Thorgal estamos ante una de las obras más importantes del cómic europeo.
Y es que durante los últimos años hemos asistido a una expansión de su universo, gracias a spin offs como Loba, La Juventud de Thorgal y Kriss de Valnor en donde vemos como numerosos detalles encajan a la perfección con la serie original.

Por otra parte, la serie, creada por Rosinsky y Van Hamme, va más allá de sus autores.
iEn este álbum tenenemos el dibujo de Yann, con guiones de Fred Vignaux, quien también se encarga del guión de Kriss de Valnor.

Thorgal
Argumento:

Un grupo de peregrinos procedentes de la isla de Noodor han atracado sus naves para repararlas. Pertenecen al culto del Gran Albatros Azul.
Estos se dirigen a la isla de Skellingar y se preparan para pasar una prueba, que consiste en ir a la cima de una montaña situada en una isla y “convertirse” en el gran Albratos.

Cuando Thorgal y su hijo Jolan llegan a la isla, ven como una mujer perteneciente a este culto se les queda mirando.

Por la noche, esta mujer intenta asesinar a Thorgal. Al perseguirla cae por un precipicio y le cuenta el por qué ha intentado matarle.
El pasado de Thorgal le persigue. Y es que cuando este perdió la memoria y acompañaba a Kriss de Valnor en sus correrías por el mar bajo la identidad de Shaigan el despiadado, mató a toda su familia.

Para arreglar este agravio, le arranca a Thorgal la promesa de que irá a la isla de Noodor a libererar a sus compañeros de culto, que permanecen presos de Ivarr el Helado.
Y así arranca la nueva aventura de Thorgal.

Buenos, malos o regulares.

En todo conflicto hay distintos puntos de vista y a lo mejor las cosas no son exactamente como te las han contado.
Cuando Thorgal se enfrenta a Ivarr el Helado, la versión que este le da con la secta del Gran Albatros es otra muy distinta.
La gente desatiende sus obligaciones cotidianas, nadie se hace cargo de los campos y muchos van a parar a la isla, de donde nunca vuelven.
Al parecer, la prueba para convertirse en el Gran Albatros consiste en mover una enorme piedra, y si no lo consigues, caes por el acantilado.

Thorgal se compromete a averiguar que pasa exactamente. Para esto deberá ir al islote de Skellingar y hablar con el ermitaño que controla a estas personas, las cuales le tiene una fe ciega.

Manteniendo la esencia de la serie.

A pesar de que los autores no son los originales, el personaje es perfectamente reconocible, tanto a nivel argumental como estético.
Siguiendo en su línea habitual, Thorgal no busca el conflicto, le viene de sopetón. Intenta mediar y analizar el punto de vista de cada una de las partes, y es que si el autoritarismo de Ivarr el Helado es nocivo, el fanatismo del ermitaño es igual de malo.
El problema que nos plantea la historia es que estamos ante un círculo vicioso de dificil solución. La gente ve el culto al Albatros como una via de escape a sus problemas, problemas provocados por Ivarr, pero es que esa tampoco es la solución.

Por otra parte, la figura de Kriss de Valnoor está muy presente en la serie, y es que aunque Thorgal está enamorado de Aaricia, la atracción que pudiese tener por Kriss podría seguir latente.
Es evidente que Thorgal se siente responsable de los actos cometidos bajo la figura de Shaigan, y de alguna forma, con esta aventura cierra un capítulo de su vida.

Conclusiones.

Estamos ante una historia entretenida, que mantiene las características clásicas del personaje, el cual sobrevive al paso del tiempo.
Los más puristas podrán argumentar que estas últimas historias no tienen la calidad de los mejores álbumes de Rosincky y Van Hamme pero como viene siendo habitual con otras series de la BD, los autores se adaptan muy bien al estilo clásico de la serie.
Por otro lado, con el tiempo, pasamos de leer una serie estructurada en sagas, a ver un universo que se ha expandido a varias series más.

Bajo mi punto de vista, enriquece la serie y sirve para profundizar en los personajes secundarios.
La primera página de esta historia es un buen ejemplo.
Aquí entraríamos en el eterno de debate de si una serie de éxito debe sobrevivir a sus autores originales o por el contrario debe finalizar en un momento cumbre de creatividad.