Para el que no tenga apenas ni idea de inglés y se acongoje con palabrejas que tienen tanta consonante junta diremos que el título de la reseña de hoy podría traducirse como huella digital, un cómic en el que Jason Ciaramella vuelve a adaptar uno de esos relatos cortos que tanto caracterizan a Joe Hill.
Sobre este autor sobran las presentaciones, pues todo el mundo sabe que se trata de un escritor estadounidense famoso por ser hijo del grandísimo Stephen King. Y a este respecto hemos de confesar que los muchachos de este blog hemos leído otras obras y adaptaciones de relatos suyos al noveno arte que no nos han dejado malas sensaciones, como por ejemplo Locke & Key, La Capa o Road Rage. Es por ello que yo personalmente anhelaba poder leer este tomo…
El argumento nos pondrá en el pellejo de la soldado Mallory Grennan, quien hizo cosas terribles durante el tiempo que trabajó en la prisión de Abu Ghraib. Después de abandonar el ejército, nuestra protagonista pensó que había dejado sus pecados de lado y podría empezar una nueva vida en casa. Pero algunas cosas no pueden quedar atrás. Algunas cosas no quieren quedarse atrás…
Bajo tal premisa, este cómic aborda un tema muy real como es el de los traumas de los soldados que vuelven a casa tras la guerra (no sólo por el horror de la guerra en sí, sino también por las atrocidades y barbaridades cometidas por algunos de ellos movidos por el odio hacia el enemigo). Y será justamente a través del recurso narrativo de las notas mentales de la protagonista lo que servirá para llevar el hilo conductor del argumento y nos ayudará a conocer todo lo que pasa por la cabeza de la pobre Mallory, sus traumas, sus remordimientos y todo lo que ha vivido en aquel infierno.
Todo ello da pie a una historia de intrigas y repleta de misterio, sobre todo a raíz de cuando un papel con una huella dactilar aparece en el buzón de la casa de Mallory dentro de un sobre sin sello y que alguien ha dejado allí para recordar algo a nuestra protagonista, lo cual hará que viejos fantasmas vuelvan a su ya de por sí atormentada mente. Y a este respecto hay que decir que en esta obra se aborda magníficamente ese tema de lo que puede pasar por la cabeza de un soldado en su vuelta a casa y le hace a uno empatizar con los traumas que tiene que afrontar esta pobre gente.
Además la historia sabe mantener bien la tensión y el misterio hasta que llegamos a su desenlace y descubrimos quién está detrás de esas notas amenazantes y el motivo por el cual esta persona la ha tomado con nuestra protagonista. Todo ello aderezado con una serie de inquietantes flashbacks, gracias a los cuales conoceremos las experiencias de Mallory en la guerra, las atrocidades que cometió y gente a la que torturó, elementos con los cuales uno no puede menos que preguntarse en ciertos momentos de la lectura si esta muchacha se merece todo lo que aquí acontece. Mención especial al dibujo de Vic Malhotra, que con ese estilo suyo sucio y oscuro contribuye de gran manera al tono de la obra.
En definitiva, Thumbprint es una muestra más de que todo lo que viene avalado por el nombre Joe Hill en el noveno arte no me deja mal sabor de boca. Un claro ejemplo de que hay ciertas cosas que simplemente uno no puede dejar atrás y de que a veces los viejos fantasmas del pasado pueden volver para modernos el culo. Si te gustan las historias de misterio y tensión este tomo no es una mala opción para pasar una tarde de lectura. Por cierto, en él se incluye también el relato en sí extraído del libro y otra de las colaboraciones entre Joe Hill y Jason Ciaramella: una curiosa historia titulada Kodiak.