Miami, la ciudad del vicio. Entre los años 40 y 50 Florida se convirtió en un paraíso para la especulación inmobiliaria y el negocio de la droga. La inmigración cubana generó la formación de bandas en las calles y los enfrentamientos contra los naturales del lugar, que veían a los cubanos como invasores. El crimen llegó a cotas históricas.
Series como Miami Vice reflejan ésta época de excesos y vida loca en la costa de Florida.
Tyler Cross, el carismático gánster creado por Fabien Nury y Brüno , vuelve en su tercera aventura, centrada en Miami, para recuperar 70.000 dólares que le debe su abogado y de paso dar un golpe contra un magnate de la construcción que está a punto de quebrar.
Fabien Nury nace en 1976. Empieza a trabajar en 1998 como redactor y director creativo en el área de la publicidad. También elabora guiones para el sector audiovisual. En el 2000 empieza su carrera en el mundo del comic junto a Dorison en la obra W.E.S.T. Le sigue Yo soy Legión con John Cassaday. El éxito definitivo le llega con Érase una vez en Francia. Con Pierre Alary inicia la serie Silas Corey, y con Brüno realiza Atar Gull y Tyler Cross.
Brüno nace en Alemania en 1975. Hijo de militar, estudia en la escuela Estienne de París antes de mudarse a Bretaña, donde obtiene su Licenciatura en Artes Plásticas. En 1998 publica Nemo, adaptación libre de 20.000 leguas de viaje submarino. En 2001 trabaja con Fatima Ammari-B en Inner City Blues, serie policiaca en el hampa norteamericana de los 70. En 2007 realiza junto a Appollo Biotopo. Sus trabajos más recientes son junto a Nury en Tyler Cross.
Laurence Croix es una colorista francesa (1974, Chateaubriand) que ha trabajado para autores como Appollo, Brüno o Li-An.
En ésta tercera entrega, Nury y Brüno se asientan con Tyler Cross como uno de los támdems más efectivos del cómic europeo.
La historia tiene continuidad de las dos aventuras anteriores, por lo que se puede leer sin haber leído éstas, pero el lector tendrá mucha más información del personaje y su evolución y el entorno si las ha leído.
Quizá por tener al protagonista y su mundo ya perfectamente presentado y establecido, ésta tercera parte la enfocan mucho más en lo que es la trama en sí, lo cual hace que estemos ante el capítulo más redondo de la serie.
Como indicaba al principio, Tyler reclama a su abogado 70.000 que debe devolver a la Mafia por un cargamento de drogas (esto lo conocemos en la primera entrega) pero resulta que éste los ha invertido en un proyecto de edificación de un hotel en el que han invertido mucha pasta varias familias mafiosas. Tyler se ha vuelto a meter en un buen lío…
Si hay un personaje destacable en éste tercer número, que casi es co protagonista con Tyler, es Shirley Axelrod, la secretaria del magnate que va a construir el hotel.
Alejada del tópico de éste tipo de historias donde siempre vemos a femmes fatales y mujeres fuertes con carácter (sin ir más lejos en los dos anteriores títulos de Tyler Cross teníamos ese tipo de personaje femenino), Shirley se nos presenta como una mujer normal, con sus debilidades, que lo único que busca es vivir tranquila y sin preocupaciones, pero Tyler y su abogado no se lo van a permitir, amenazándola con sacar los trapos sucios de su novio si no colabora con ellos. Éste cambio de registro en el personaje femenino es una de las muestras de la evolución en Nury con los guiones de ésta colección, algo muy de agradecer.
Donde más claro aún podemos ver la evolución de la serie es en el dibujo de Brüno, muy alejado de los primeros álbumes, abandona la línea fina y clara para definir fondos y personajes con trazos mucho más contundentes. Los rostros ganan en expresividad y sobre todo el de Tyler es mucho más determinante y feroz (por ejemplo, mientras que en las historias anteriores sus pupilas estaban marcadas, en éste sus ojos son sólo dos agujeros oscuros, puede parecer un detalle sin importancia, pero la expresión cambia por completo).
En cuanto a la colorista Laurence Croix, su trabajo es excepcional, usando colores intensos y planos para generar contrastes que quedan como un guante en las viñetas. El blanco y negro es mucho más protagonista que en las otras entregas, y siendo un cómic de puro género noir es perfecto para el tono de la obra. La atmósfera y ambientación tan envolventes que consigue Laurence con su paleta pocas veces se ve.
En definitiva, con Tyler Cross: Miami se confirma ésta serie como una de las más destacadas del género negro.
La edición de Dibbuks como siempre es de fábula, en tapa dura con papel satinado que le viene perfecto al dibujo y al color pero no excesivamente brillante como pasa en otros satinados, a un precio de 18 €.
Al final viene un artículo muy interesante de Nury desgranando su visión de la historia de Florida y sus influencias cinematográficas y literarias a la hora de escribir el cómic.
Si te van los tipos duros, los asuntos mafiosos y la violencia en su forma más elegante, no lo dudes.