Wyoming Doll, de Franz, es un cómic del oeste publicado en España por Ponent Mon . Como buen aficionado al western, la premisa me resultaba interesante, y además, Franz es un autor que siempre me ha llamado la atención.
Esta es uno de los cómics que recomendabamos a principios de mes.
Argumento de Wyoming Doll.
Una caravana de colonos es asaltada por los indios pawnee. Solamente quedan dos supervivientes, un scout llamado Logan, y un viejo italiano, Guiseppe.
En la escaramuza han muerto todos los miembros de dos familias, y dos niñas pequeñas han desaparecido. Logan acompaña a Guiseppe a la civilización y le promete buscar a las dos niñas. Una de ellas es su nieta.
Paralelamente a esto, Salmon Leap, un sioux lakota, abandona su tribu. El padre de la mujer que ama ha rechazado los regalos que este ofrecia como dote.
Ofuscado y desencantado de la vida, Salmon Leap planea una muerte heróica lanzándose el solo contra un fuerte lleno de soldados.
Mientras que busca el fuerte, encuentra un campamento de pawness, en donde ve a una niña blanca, y la rescata.
El destino de Logan y Salmon Leap se cruza y el cuidado de la niña va a hacer que dos personajes a priori opuestos, vean que tienen más cosas en común de lo que parece.
Un argumento recurrente.
Y no por ello menos eficaz. Cuando hablamos de niños secuestrados por indios, a todos nos viene a la cabeza la película de John Ford, Centauros del Desierto, protagonizada por John Wayne.
Lo que mucha gente tal vez no sepa es que esta película está basada en una historia real, la de Cynthia Ann Parker. Y es que en 1860 un regimiento de soldados de caballería acompañados de los Rangers de Texas irrumpen en un poblado apache, y como de costumbre, proceden a la masacre de turno.
En medio de la escabechina, aparece una india, llamada Nautdah, que da la casualidad que tiene los ojos azules, y un coronel que estaba allí, la reconoce como su sobrina.
Esta mujer era la madre de Quanah Parker, famoso personaje. Y su historia es muy parecida a lo que vemos en este cómic.
Un asalto indio a una granja o una caravana, una masacre y cuando ven niños, no los matan, se los llevan y los adoptan, de forma que estos asimilan sus costumbres.
La realidad es que luego una vez que son mayores es que era muy dificil que volviesen a su antigua vida.
Esta historia, real, vino muy bien para dar una versión edulcorada de lo que fue la conquista del oeste.
El oeste que nos dibuja Franz.
Wyoming Doll es un western de frontera, en plenas guerras indias, en donde hay un territorio poco poblado, repleto de granjas aisladas, con algún fuerte y en donde los indios hacen todo tipo de asaltos.
La masacre de la caravana no es la única que vemos, y la civilización, como tal, brilla por su ausencia.
Lo que vemos aquí no son soldados o pistoleros contra indios, son más bien familias de granjeros indefensas, que apenas tienen medios para defenderse.
Te muestra el sueño de los europeos por buscar una vida mejor, lo cierto es que esta vida es poco menos que imposible, visto el cómic, y es que aquí no es todo tan bonito como en el cine.
Uno de los protagonistas es un joven muy inexperto que al principio no tiene ni armas para defenderse y el otro es un sioux que se marcha de su tribu, con un futuro más bien incierto.
Lo interesante del cómic es ver como estos dos protagonistas hacen una causa común para buscar el bienestar de la niña protagonista.
De la otra en principio no se sabe nada y se la da por perdida.
Conclusión final.
Estamos ante un western de frontera, muy entretenido, con unos protagonistas muy bien construidos, llenos de matices, en donde ni los blancos son todos buenos ni los indios todos malos.
Es un cómic que toca una temática bastante dura, no estamos ante una historia de héroes si no más bien de victimas, y no escatima en mostrar escenas de violencia.
Una de las cosas que me llama la atención de Franz es la cantidad de tomahawks, hachas y mazas diferentes que dibuja a lo largo del cómic.
En definitiva, como amante del western, un cómic de lo más recomendable.