Reseña Dragon Head
admin
16 enero, 2020

Hoy vamos a hablar de Dragon Head, obra de Minetaro Mochizuki y publicada por Planeta Cómic.

Millones de personas en todo el mundo tienen verdadero miedo, incluso pánico, a volar. Tener que hacer un viaje en avión es superior a sus fuerzas. Estas personas prefieren desplazarse, siempre que pueden, a pesar de que los viajes resulten más largos o tediosos, por carretera o sobre la tierra en su defecto…en tren, ¡por ejemplo!

Un medio de transporte, el tren, de los más seguros que pueda haber. Afortunadamente, rara vez escuchamos noticias de que se haya producido algún accidente ferroviario ni siquiera medianamente grave.

Pero, ¿Qué ocurriría si estuviéramos disfrutando de un sencillo, cómodo y placentero viaje en tren, donde, de repente, va a producirse un suceso para nada esperado?

Pues ésta es la situación que nos plantea éste primer tomo (único publicado en nuestro país hasta el momento) de la obra Dragon Head. Obra realizada como autor completo (guion y dibujo) por Minetaro Mochizuki. Un seinen, centrado en el “sub-género” del terror psicológico, publicado a finales del pasado año, que ha tenido una acogida bastante exitosa.

Dragon Head

Sobre la obra.

Originalmente publicada, entre 1994 y 2000, en la revista semanal japonesa Young Magazine, fue recopilada posteriormente en diez tomos “sencillos”. La extinta editorial Glénat los publicó en España, en su formato original, entre 2001 y 2002. Como curiosidad, en el año 2003 tuvo una adaptación al cine.

Edición.

Planeta Cómic ha sido la encargada de re-editar Dragon Head, comenzó su publicación en octubre del pasado año, en un formato doble de gran tamaño (refiriéndonos a los tamaños habituales de los mangas), 14’8 x 21 centímetros, completando la obra en cinco tomos.

Tomos presentados, como suele ser habitual, en rústica con sobrecubiertas; con 430 páginas (al menos éste primer tomo) y un precio aproximado de 17 euros. Las sobrecubiertas son completamente negras, con un dibujo del protagonista principal en portada (extraído de una viñeta del interior) y una pequeña sinopsis en contraportada, contrastando de manera muy visual con el amarillo del título de la obra en portada, y el título y nombre del autor en el lomo. Si quitamos las sobrecubiertas, todo exactamente igual, salvo sin sinopsis en contraportada y los rótulos amarillos pasan a ser blancos.

Argumento.

Unos compañeros de instituto regresan de un viaje de estudios disfrutando de un placentero trayecto en un tren de alta velocidad. Sin embargo, justo en el momento en que han entrado en un túnel, se produce un grave accidente con graves consecuencias.

El protagonista principal (como es nuestra costumbre, no haremos ningún tipo de spoiler), superviviente lógicamente, irá recuperándose del shock inicial paulatinamente, además de verse obligado por las circunstancias a adaptarse a la nueva situación que, de forma tan repentina, se le ha planteado.

Dragon Head

Guión.

El autor, en pocos capítulos (23 tiene éste tomo), nos coloca, a nosotros mismos y al joven protagonista, en “situación”. Es decir, ya es consciente de que ha sobrevivido a un importante accidente y que tiene que intentar ir averiguando en qué situación se encuentra.

La tensión y, sobre todo, la sensación de angustia se va manteniendo de una forma constante mientras que el protagonista hará un “descubrimiento” importante (preferimos que lo descubra el propio lector, solamente diremos que hace referencia a la situación en la que han quedado tras el accidente), además de que se producirá la aparición de algún otro superviviente. Avanzando hacia el final del tomo Mochizuki va introduciendo ciertas “señales” de que los supervivientes pudieran no estar todo lo solos que puedan llegar a creer.

Dragon Head

Apartado gráfico.

En Dragon Head no estamos ante una obra que vayamos a recordar por su dibujo, ni mucho menos. No es un dibujo espectacular, ni bonito, ni preciosista; en definitiva, no es el dibujo de, por ejemplo, el maestro Urasawa o, sin ir más lejos, el de nuestra anterior reseña (Battle Royale).

A pesar de ello, el dibujo cumple su función, tampoco podríamos decir que es malo. Las composiciones de páginas son buenas, alternando distintos tipos de viñetas y tamaños de las mismas. Pero no es un dibujo “detallista”, ni con los fondos ni con los objetos que podrían encontrarse en los distintos escenarios.

Particularmente no me han gustado mucho los rostros de los personajes masculinos. También me ha ocurrido a veces que en determinadas viñetas, digamos “con poca luz”, por la posición de lo que sería la “cámara”, la escena que estamos viendo no sabemos si se produce en una dirección o en la contraria.

No obstante, el dibujo contribuye a mantener la tensión de la historia y las sensaciones que, de momento, están “sufriendo” los personajes.

Conclusión.

Tomo muy interesante, recomendado sin ninguna duda si somos amantes del género. Aun teniendo más de 400 páginas se lee casi “de un tirón” porque nos va transmitiendo la necesidad de querer saber más, de que ha ocurrido exactamente y de que acontecimientos van a producirse a continuación.

Antonio Mompeán Mayol