Julius es la precuela de El Tercer Testamento. Y ese simple hecho es ya un reto en sí mismo, teniendo en cuenta el enorme éxito de la saga original y el grato recuerdo que había dejado en los lectores.
Cualquier cosa que no rozara la excelencia podría ser una herejía, nunca mejor dicho cuando vamos a seguir los pasos de un mesías hasta los textos sagrados definitivos. Xavier Dorison permanecía como colaborador pero era Alex Alice, el dibujante de la saga original, quien cogía la batuta argumental y se hacía cargo del guión, para ceder el arte a Robin Recht primero y, sobre todo, a un inspirado Thimotheé Montaigne desde el segundo y hasta el quinto y último libro.
Un cómic que consigue abrirnos los ojos a los incrédulos y demostrar que no sólo funciona como secuela, sino que acrecenta y refuerza a su obra mater. Puede también leerse independientemente de su antecesora, si bien aquí podría restar, quizás, algo de interés a este épico acercamiento al albor de la era cristiana y la ocupación romana de Israel en el siglo primero. Una narración brillante en lo gráfico y una historia difícil de olvidar.
LOS AUTORES
Alex Alice ha estado inmerso en todas las partes artísticas de la creación de un cómic, saltando a la fama con el dibujo de El Tercer Testamento en 1997 y, más tarde, con la adaptación de la leyenda Sigfried como autor completo. Más centrado en la actualidad en labores de argumentista, se apoyó primero en Robin Recht como dibujante, un autor centrado desde entonces en otras obras de género histórico y literario, como su adaptación de la obra de Robert E. Howard, La Hija del gigante de hielo. Después y para la parte final de la obra, en el dibujante y colorista francés Thimotheé Montagne, quien realiza una enorme labor en este trabajo primerizo y en una obra que, pese al cambio de pinceles, mantiene cierta homogeneidad gráfica y de estilo.
EL ORIGEN DE UNA LEYENDA
Si en El Tercer Testamento (ver reseña en esta misma página) la acción se desarrolla tras la aparición de un pergamino que señala la ubicación del Tercer Testamento, revelado por Dios a Julius de Samaria; es aquí donde nos acercamos a cómo se llegó a hacer esa revelación. A cómo un general romano, cruel, egoísta y conspirador acaba convirtiéndose en profeta. Pero Julius no es el único personaje relevante en esta obra, ni tampoco el único que aparece también en El Tercer Testamento. Por fin conocemos algo más de los Hijos de las Tinieblas o del Duque de Sayn, y de nuevo son interminables los viajes por lugares comunes de la tradición judeocristiana, en esta ocasión, en pleno siglo primero. Una delicia para aficionados al género histórico y que mantiene el misticismo e interés sobrenatural tan atractivo de la saga.
EL SEGUNDO ADVENIMIENTO
Por contar un poco de sinopsis sin desvelar nada de la trama que entorpezca su total disfrute, Julius es la historia del declive de un general romano que alcanzó la gloria a costa de masacrar a los judíos, pero que fracaso en un golpe de Estado para hacerse con el control de Roma. Una conspiración que pretendía prender fuego a la ciudad eterna (anticipando lo que sería la ruina del imperio cuatro siglos después), para culpar a los primeros cristianos y hacerse con el poder durante su reconstrucción. Tras traicionar y ofender a todos sus aliados para su propio y cruel beneficio, incluso a su propia hija; Julius Publiux Vindex, el carnicero de Alejandría, es desterrado a la Mina de Azufre de Siddim.
Pero en su condena no estará sólo: le acompañará el mismo hombre cuya inocencia no pudo doblegar en sus matanzas y que pretendía utilizar en su asalto al poder como mártir cristiano. Aquel que ha sido señalado como nuevo Mesías, el segundo hijo de María y José, aunque la historia comienza en varias décadas después de la muerte de Jesucristo. ¿Qué pasa después para que Julius acabe siendo testigo de la nueva revelación? ¿Quién es el segundo hijo de Dios, aquel al que llaman maestro y que ha sido identificado por el profeta Gamaliel como nuevo Salvador? Su nombre está escrito en El Tercer Testamento y lo demás es historia… O, al menos, leyenda del arte secuencial.
VALORACIÓN: LA PALABRA DEL PADRE ETERNO
Creo que se nota bastante que me han encantado los cinco libros, editados en España por Yermo Ediciones en dos volúmenes más que apetecibles. La historia es completamente absorbente, además con una narración lineal en el tiempo mucho más clara y comprensible que algunos pasajes que su antecesora. Sorprende el nivel de encaje con El Tercer Testamento e invita a una relectura tras descubrir algunos detalles más de la leyenda.
El apartado gráfico es fantástico, con una estética muy heredera también del estilo de Alex Alice, que se mantuvo como portadista y con un atractivo planteamiento realista, sobre todo en la recreación arquitectónica y de escenarios, en un recorrido que nos lleva por Babilonia, Jerusalem, Roma y los límites del mundo conocido. Sin duda los aficionados al género histórico pueden resultar encantado tras su lectura, pero su narrativa sencilla y moderna resulta atractiva para cualquier lector medianamente exigente. Es cómic europeo de calidad, con los mejores atributos de una obra adulta, emocionante y repleta de misterios y giros de guión, con profundidad de personajes y sabiendo emocionar al lector, que acaba sufriendo por el destino de los personajes. De lo mejor que he leído este año.
Francisco Fernández Amador.