REAPER, UN SAMURAI A LO IMAGE
admin
24 noviembre, 2021

Hoy reseñamos el cómic REAPER, de Robert Kirkman y Cliff Rathburn. Después de reseñar Brit, seguimos con nuestro repaso por la obra menos conocida del guionista de Kentucky. Una obra menor, de poco más de 60 páginas en blanco y negro y que casi podríamos resumir como un juego macabro de dos de los responsables de la aclamada serie Los Muertos Vivientes…

Se trata de una idea que Cliff entregó a Kirkman en 2003 para que esbozara un guión que sostuviera el desfile de desmembramientos, mutilaciones, asesinatos y mala leche de la que están llenas sus páginas… ¿Habremos encontrado el primer fiasco del creador de Invencible? Pues en seguida lo analizamos en una breve, porque no da para más, impresión de este comic editado por Image y publicado por Aleta en nuestro país hace unos años.

LORD SHIRAK, LA GEMA Y EL YIN Y EL YAN

Si tuviera que apostar diría que el dibujante Cliff Rathburn, viejo conocido y habitual colaborador de Robert Kirkman, tenía el diseño de cinco personajes para una historia de samurais. Empeñado con hacer una historia de espadas tipo manga, pidió a su amigo un guión que soportara lo que ya estaba pensado como una sucesión de coreografías, amputaciones y algunos experimentos narrativos. Es ahí donde entra el trabajo de Kirkman, que en este caso se limita a hacer una historia repleta de clichés donde no hay trasfondo, no hay paisaje, no hay apenas profundidad alguna de psicologías o motivaciones. Tenemos varios estereotipos que se mueven entre roles de malvado, demonio, monstruo y el antihéroe que actúa de protagonista.

No vamos a saber por qué están ahí, qué es lo que persiguen, ni siquiera quedaría muy claro el lugar donde se desarrollan los acontecimientos porque aunque la estética nos lleva mentalmente a Japón, no hay situación alguna del periodo temporal o certeza alguna de que eso sea así, excepto por la alusión a ideas básicas como el Yin y el Yan. En realidad, es lo más parecido a un cuento donde los protagonistas actúan más como arquetipos que como individuos con identidad.

Reaper

ARGUMENTO DE REAPER

La sinopsis no puede ser más sencilla: Lord Shirak, un sanguinario señor, gobierna con el uso del terror, el miedo y el poder que le confiere una gema que lo hace casi inmortal. Aunque muchos han intentado derrotarlo, todos han encontrado la muerte bajo su espada o la de sus vasallos, como el demonio Anubis. Reaper, el asesino más temible del país, es contratado por un misterioso hombre encapuchado para poner fin al dominio de Shirak y recuperar su gema de poder. Mientras oscuras fuerzas conspiran por gobernar, un mercenario sopesa abandonar su mortífera labor tras cobrar el oro que se le promete. Y ya, a rodar cabezas.

ESTO LO HE VISTO… PERO NO ASÍ

No decimos más de argumento porque en dos frases lo habríamos terminado pero llama la atención que, en tan pocas páginas, hayamos podido ver tantas constantes del género de los samurais. Vemos un harakiri nada más empezar y, qué sorpresa, el protagonista es un samurai solitario que se consuela en casa de una prostituta que cría a sus hijos en soledad. Añadamos a eso el típico paso por el puente en el que hay que pagar un peaje, algunos ataques saltando por los tejados, un par de criaturas misteriosas y algo de magia y… ¡voilá! Conseguimos una bonita historia de samurais. Simple a más no poder… Pero, ¿se disfruta?

Reaper

APARTADO GRÁFICO DE REAPER

Es aquí donde tenemos que hacer referencia al arte de Cliff Rathburn. Característico por su estética manga y, quizá, por cierto estatismo en sus dibujos; es llamativo ver su trabajo en una obra en la que hay páginas enteras de pura narrativa, de coreografías y acción en vacío. Aunque por esta época sigue teniendo carencias en la distinción de los rasgos fisicos de los personajes, ya que todos parecen tener prácticamente la misma cara.

Aunque tampoco podemos deleitarnos con elaborados fondos ni con cuidados escenarios, ya que apenas los tiene; hemos de decir que el trabajo aquí es una especie de práctica del movimiento, de la descripción de un tajo y, sobre todo, de poder poner los daños, amputaciones, decapitaciones, destripamientos y demás recreaciones exageradas del gore, en un primer plano que casi convierte los sucesos en jocosos.
No deja de ser un poco cachondeo ver cómo, por ejemplo, Reaper destripa a tres extras de los muchos que salen con un sólo tajo, para coger parte de esas vísceras y lanzarla contra los ojos de otros objetivos para cegarlos.

EL CARNICERO, UN FILETE PARA CADA OCASIÓN

Así que 15 minutos y un tebeo para el cuerpo que te deja tal y cómo estabas, pero con un par de imágenes en tu cabeza que, aunque hoy en día están mucho más vistas, seguramente el día de su lanzamiento eran toda una innovación sanguinolenta. La historia es tan simple y predecible que seguramente hasta cueste tiempo olvidar. Leído y analizado, demasiado trabajo para un tebeo que no va más allá del diseño de personajes y el disfrute gamberro.

Como estamos analizando la obra de Kirkman nos vale, al menos, para confirmar lo que ya vemos como una constante en el cotizado creador de comics. Las amputaciones le gustaban mucho antes de que Rick Grimes perdiera su mano… Y una espada repleta de imaginación puede cortar huesos más fácil que un cuchillo caliente la mantequilla. Querido Robert y Rathburn, esto ha sido una vacilada en toda regla. Aunque, ahora que lo pienso, sí. Me lo he leído de un tirón.

Fran Fernández